Endocrinógos, nutricionistas y autoridades sanitarias ya advirtieron sobre los graves riesgos de la dieta Dukan, clasificándola en el grupo de las llamadas “dietas milagro” y tachándola de fraudulenta y peligrosa, ya que, según han demostrado diversos estudios, una dieta prolongada rica en proteínas y baja en carbohidratos se asocia a un aumento de la mortalidad.
Hoy en día, con la enorme cantidad de consejos contradictorios sobre la mejor manera de perder peso que existen, puede ser muy confuso saber cuál es el camino a seguir. La dieta Dukan tiene algunas características que pueden considerarse bastante peligrosas.
Hay tantas dietas de solución rápida que prometen resultados casi “mágicos” que es fundamental ser muy conscientes de que no solo se trata de perder peso, sino de hacerlo de manera coherente, sin prejuicio de la salud general y con el fin de no caer en el llamado “efecto rebote”.
La dieta Dukan
El Dr. Pierre Dukan es un nutricionista especializado en el estudio de los hábitos alimenticios y la pérdida de peso. La Dieta Dukan (antes conocida como «PROTAL») es un programa de adelgazamiento que propugna la idea de que los participantes progresan a través de varias fases.
La fase de ataque está basada en la proteína pura e indica que los primeros diez días solo se debe comer carne, pescado y productos lácteos sin grasa, con el fin de poner en marcha la pérdida de grasa.
La segunda parte de dicha dieta, llamada “fase de crucero” introduce las verduras de todo tipo, excepto las que contiene grandes cantidades de almidón, en la dieta, alternándolas con las proteínas hasta llegar al peso deseado.
La fase de consolidación agrega carbohidratos con almidón y un poco de fruta y durante la fase final o de estabilización, se puede comer lo que se quiera por el resto de la vida. Siempre y cuando se respete la regla de oro: los jueves solo se toman proteínas.
Lo poco bueno de la Dieta Dukan
El enfoque Dukan reconoce que los seres humanos no toleran muy bien los hidratos de carbono y el almidón en particular. También valora la importancia de incrementar la cantidad de proteínas en la dieta para estimular la pérdida de grasa. Así como la necesidad general de aumentar la ingesta de estos elementos a través de una variedad de carnes de animales, peces y aves de corral.
Otra faceta positiva de esta dieta es la evaluación que hace de la estructura de las células de grasa, de su capacidad para la hipertrofia (crecimiento) y para dividirse en células hijas. Y que si bien se puede reducir la cantidad de adipocitos, es imposible eliminarlos por completo.
Lo malo – qué es mucho – de la Dieta Dukan
Las fases de ataque y crucero son demasiado radicales. Eliminar completamente todos los vegetales (verduras y frutas) de la dieta es reducir significativamente la cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes. Así como toda la fibra soluble, que son imprescindibles para la salud.
Cuando la grasa contenida en las células adiposas se consume, se liberan en el torrente sanguíneo, donde los triglicéridos (moléculas grasas) se queman como combustible. Sin embargo, el tejido adiposo (la grasa corporal) es también el sitio donde el cuerpo almacena una gran cantidad de toxinas, manteniéndolas fuera de la corriente sanguínea y lejos de los órganos y músculos.
Cuando se rompe la célula grasa, también se liberan dichas toxinas, que luego necesitan ser excretadas. Pero sin nutrientes suficientes (como resultado de la eliminación de todas las frutas y verduras de la dieta durante las etapas iniciales de la Dieta Dukan) nuestro cuerpo no puede desintoxicarse naturalmente.
Efectos secundarios de la dieta Dukan
En el corto plazo esto puede ocasionar dolores de cabeza y náuseas. Y los efectos a largo plazo incluyen daños en los radicales libres de las membranas celulares, deterioro de las paredes arteriales, inflamación e (irónicamente) incluso podría generarse un mayor almacenamiento de grasa.
La dieta Dukan reconoce que es posible que se presente una situación de estreñimiento tras los primeros cuatro días de comenzarla. Un problema que se deriva de que las fibras solubles cumplen un papel preponderante en el paso de los alimentos a través del intestino. Para solventar este problema recomienda la introducción de fibra de salvado.
Esta es la forma más severa de fibra insoluble que se puede consumir, ya que son capaces de causar daño físico a las vellosidades y microvellosidades muy sensibles que se alinean dentro del tracto digestivo. Y podrian provocan inflamación y a largo plazo, enfermedades intestinales y hasta el mal de Crohn.
Lácteos y edulcorantes en la dieta Dukan
La dieta Dukan aboga por consumir productos lácteos 0% de grasa. Y para eliminar por completo el azúcar, promueve la adición de edulcorantes artificiales a las comidas con el fin de tener una mayor diversidad alimenticia.
Estos productos lácteos altamente pasteurizados y procesados no tienen ningún valor nutricional natural, los yogures con sabor contienen grandes cantidades de azúcar y/o de edulcorantes y cualquier proteína ha sido desnaturalizada.
Los edulcorantes está comprobado que pueden producir efectos muy perniciosos en la salud. La sacarina y el aspartamo están considerados como productos químicos peligrosos y deben ser eliminados de la dieta humana por completo y tan pronto como sea posible.
La exposición prolongada a productos químicos tales como el aspartamo disminuye significativamente la capacidad de las personas para determinar cuándo se está satisfecho. Por lo que es mucho más difícil controlar el peso. La Sacarina ha sido ampliamente vinculada a convulsiones y daño cerebral.
Lo más inconsistente de la Dieta Dukan es pretender que una vez alcanzado el peso deseado se pueda comer de todo. Y que en un solo día (los jueves de proteínas) sea posible balancear lo que se ha ingerido el resto de la semana.
Olvida la dieta Dukan y cambia tu estilo de vida
No existen las fórmulas mágicas para adelgazar de manera sana y rápida. La diferencia entre una «dieta de choque» y un «cambio de vida» que es la única alternativa válida para no solo bajar de peso, sino para tener una vida saludable.
Olvídate del almidón, no consumas azúcar e incluye carne o pescado en cada comida. Come tantos vegetales verdes (preferiblemente alimentos ecológicos) como quieras. Y una o dos piezas de fruta de temporada por día (no más, ya que contienen demasiados azúcares naturales).
Bebe por lo menos 2 litros de agua por día. Incluye un buen aceite de calidad como parte de tu alimentación diaria. Bebe vino en lugar de cerveza y hazlo con moderación. Reemplaza la sal de mesa por una marina sin refinar. Retira los edulcorantes artificiales y saborizantes (como el glutamato mono-sódico) de tu nutrición para siempre y si necesitas endulzar, hazlo con la Stevia.
Ejercercítate durante unos 45 minutos de 4 a 5 veces por semana y duerme 8 horas cada día. No solo adelgazarás de forma sostenida, sino que tu salud te lo agradecerá. Y ya no tendrás que volver a pensar en una dieta por el resto de tu vida.