¿Porqué se ‘humaniza’ a los animales? Los expertos sostienen que cuando los seres humanos no tienen acceso cognitivo a algo o la capacidad de experimentar, entender o comunicarse con él, a menudo tratan de darle sentido, viéndolo como una extensión de sí mismos. Asumen que sus procesos de pensamiento y motivaciones son similares a los suyos y se identifican con ellos.
Este sentimiento de una relación “personal” puede beneficiar tanto a los humanos como a los animales. Especialmente a aquellos que dependen de los primeros para conseguir alimento y refugio. Está comprobado que la mirada de un perro puede aumentar el nivel de oxitocina del propietario, la llamada “hormona del vínculo social”. Y el ronroneo de un gato logra aplacar la ansiedad y el estrés.
¿Los animales tienen personalidades?
Utilizando la “teoría de juegos”, los investigadores de la Universidad de Groningen en los Países Bajos, han sugerido que las personalidades de peces, aves y mamíferos, pueden estar vinculadas a la supervivencia evolutiva y a la reproducción.
Pero, ¿es la personalidad solo un comportamiento consistente o una emoción? Según Scott Blais, el cofundador y director del santuario del elefante en Hohenwald, Tennessee, los animales tienen sus propias necesidades individuales y especiales y presentan características únicas y diferenciadas.
El Santuario tiene más de 2.700 hectáreas y es el mayor refugio natural para los elefantes asiáticos y africanos en peligro de extinción en EEUU. La prioridad número uno es el respeto, la salud y la privacidad de los animales. Y el Santuario se basa en el supuesto básico, de que cada elefante tiene necesidades y personalidades distintas.
Los extremos son peligrosos
Antropomorfizar a los animales es un arma de doble filo. Si al otorgar características humanas y motivaciones a los animales, se los ve como seres dignos de cuidado y consideración, también es posible hacerlos culpables de sus actos.
Hace varios años, una orca del SeaWorld ahogó a un entrenador. El mamífero marino, que ya había estado implicado en dos muertes anteriores, fue catalogado rápidamente como un peligroso asesino y hasta se pidió su eutanasia en las Redes Sociales.
La Humane Society y el parque marino recordaron a la gente, en un comunicado, que las motivaciones del comportamiento de los animales son complejas. Y que un animal no puede calificarse de “asesino en serie”.
Los científicos sostienen que hay una línea muy fina, que separa el intento “muy humano” de entender a los animales. Y el concebir su comportamiento como personalidades cohesivas, con motivaciones psicológicas o emocionales y tratarlos como personas.
E insisten en que, respetar a cualquier criatura es apreciarla por lo que es. Scott Blais lo describe perfectamente cuando dice que: “un elefante, tímido o valiente, juguetón o solitario, sigue siendo, en primer lugar, un elefante”. ¿Porqué se ‘humaniza’ a los animales?