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jueves, junio 8, 2023

Animales de compañía sí, mascotas salvajes NO

Tener un animal de compañía implica felicidad para ambos. para los humanos que lo deben cuidar y proteger como se merece y para la mascota en cuestión. Por eso hay algunos animales salvajes que nunca deberían intentar domesticarse, porque solo se consigue su infelicidad. Y a costa de que hasta resulte peligroso.

Animales de compañía sí, mascotas salvajes NO. La nueva Ley de bienestar Animal va a crear una Lista positiva, que incluirá únicamente aquellos animales de compañía que son aptos para vivir con los seres humanos. La idea es dejar de prohibir y acostumbrar a la gente a ser racional y coherente. Y a usar el sentido común, en vez de dejarse llevar y comprar el animalito salvaje que esté de moda.

¡Yo quiero uno!

No importa si eso lo dice un niño consentido o un adulto sin problemas económicos. En todos los casos, es una pésima idea ver en un documental, una película o en donde sea, un animal de naturaleza salvaje y plantearse la posibilidad de conseguir un espécimen para “domesticarlo” y tenerlo de mascota.

Lo primero que se debe analizar es que, esa idílica y utópica relación que uno imagina a priori con el animal en cuestión dependerá de varios factores. Como el espacio vital necesario de cada especie, la alimentación, el conocimiento y respeto por sus costumbres y/o las necesidades reproductivas y/o sociales del mismo.

Por más “mona” y adorable que sea la criaturita, es un animal salvaje y los procesos que hacen que gatos y perros sean buenos compañeros han requerido miles de años. Por lo que pretender que un tigre se comporte como un gatito, puede tener consecuencias muy peligrosas para la salud del animal y para la de quienes conviven con él.

La domesticación es un proceso a muy largo plazo, de carácter multigeneracional y basado en la direccionalidad. Algo que no solo es indeseable en los animales salvajes (los estragos que estas prácticas han hecho en los chimpancés son buen ejemplo de ello), sino que no está permitida y resulta un atentado contra la naturaleza misma.

¿Qué riesgos se corren?

Para empezar, la gran mayoría de los animales salvajes que a la gente le parecen “guay”, suelen estar en peligro de extinción o al menos los afecta algún grado de vulnerabilidad, ya que lo de tener mascotas exóticas, no es nuevo ni mucho menos. De hecho, el organismo internacional que protege a los animales del “amor humano” por las mascotas, se llama CITES y funciona desde los años 60.

Las personas que pagan ingentes cantidades de dinero por este tipo de mascotas son los que fomentan el tráfico y la caza ilegal de los animales salvajes. Y aunque parezca que no, hasta las especies más pequeñas se pueden descontrolar, sufrir estereotipia y fallecer por depresión o por enfermedades a las que no están acostumbrados y para las que carecen de defensas naturales.

Cada vez que cogemos un animal salvaje y lo limitamos a espacios no naturales (jaulas, terrarios o terrenos vallados) estamos yendo contra su naturaleza. Por lo que en cuanto deja de ser un bebé y se despiertan sus instintos sexuales, es normal que se comporte de forma agresiva, por lo que en vez de una mascota adorable acaba siendo un capricho caro, peligroso e infeliz. Así, que sé coherente, no compres salvajes, adopta domésticos abandonados. Animales de compañía sí, mascotas salvajes NO.

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