Medidas para combatir el cambio climático. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es una de las principales acciones que se han encomendado la mayoría de los gobiernos de todo el mundo. De la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) surgió en 1997 el Protocolo de Kyoto, el primer acuerdo global en la lucha contra este problema.
El objetivo mundial del Protocolo se marcó para reducir en 2012 un 5,2% las emisiones de GEI, con respecto a los niveles de 1990. La Unión Europea (UE) se comprometió a reducir aún más estas (un 8% entre 2008 y 2012). Pero Estados Unidos, que es uno de los mayores emisores de GEI, no quiso firmar el Protocolo.
Las medidas que pueden tomar los países para reducir sus emisiones son muy diversas y sirven a la vez para crear un mundo mejor. Evitar el derroche energético y cambiar los combustibles fósiles por energías renovables. Sustituir el transporte privado por otro público y sostenible. Construir viviendas y edificios ecológicos, detener la deforestación y regenerar los bosques.
Apoyar la descarbonizacion y la movilidad eléctrica. Cambiar las técnicas agrícolas intensivas por otras sostenibles. Ayudar a los países en vías de desarrollo para que mejoren sin copiar los malos hábitos del denominado primer mundo. Estimular una I+D que mejore el bienestar humano y ayude a conservar la naturaleza: Fomentar la implantyacion de sistemas de economía circular. Sustituir materiales y procesos contaminantes y mucho más.
Mecanismos flexibles
* Comercio de derechos de emisión: las empresas pueden superar su cuota a condición de que otras empresas con menores emisiones les vendan las suyas.
* Fondos de carbono: el exceso en las cuotas se cubre mediante la financiación de proyectos para reducir las emisiones de GEI en países en vías de desarrollo y en economías en transición, a través de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y de Aplicación Conjunta.
A pesar de contar con la aceptación internacional, los Mecanismos Flexibles se han criticado por su diseño y su eficacia se ha puesto en duda. Como alternativa han surgido los Mercados Voluntarios de Carbono (MVC). Sus responsables son ciudadanos particulares y organizaciones públicas y privadas que de forma voluntaria participan de manera activa. El primero fue el banco HSBC, que anunció en 2004 su decisión voluntaria de convertir en “neutra” su operación en carbono.
Por otra parte, los responsables institucionales aplican medidas de adaptación para preparar a sus economías y a sus ciudadanos frente a los posibles extremos ambientales que el cambio climático pueda causar en las próximas décadas. La Conferencia de las Partes sobre el Clima de Naciones Unidas (COP) se realiza cada año para intentar tomar decisiones vinculantes sobre el problema. La última fue la COP27. Medidas para combatir el cambio climático.
El gran poder de las pequeñas instituciones
Piensa en global, actúa en local. Aunque el cambio climático es un problema de escala planetaria, las instituciones regionales y locales disponen de competencias y recursos suficientes para hacer más por ayudar a combatirlo. Las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden contribuir sensiblemente en el cumplimiento de los objetivos fijados por el Gobierno para reducir las emisiones contaminantes de CO2.
Los responsables de estas instituciones pueden desarrollar proyectos para aumentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables. Implantar medidas para generalizar el transporte sostenible. O sistemas de gestión de basuras que reduzcan la contaminación y aprovechen los residuos, como la biomasa o el compostaje. Actuar sobre la iluminación pública y poner en marcha campañas de educación medioambiental ciudadana. O subvencionar a los consumidores para el desarrollo de acciones particulares contra el cambio climático.
Qué pueden hacer los consumidores
Los consumidores también pueden, en la medida de las posibilidades de cada uno, aplicar en su vida cotidiana diferentes acciones para combatir el cambio climático:
- Apostar por la eficiencia energética y el ahorro de recursos, utilizar el transporte público, ir a pie o en bicicleta, regular la calefacción de manera que no sobrepase 20 °C, aislar bien la casa, comprar aparatos eficientes (bombillas de bajo consumo, electrodomésticos de clase A o superior).
- Utilizar energías renovables en casa: paneles fotovoltaicos o pequeños cargadores solares para cargar pilas reutilizables o el móvil, paneles solares térmicos para calentar el agua o biocombustibles para el automóvil.
- Combatir la deforestación: evitar situaciones de riesgo que puedan provocar incendios, plantar árboles, comprar productos de madera o papel certificados con el sello FSC.
Nuevas tecnologías contra el cambio climático
Cada vez cobran más fuerza diversas medidas basadas en la aplicación de nuevas tecnologías. Para evitar que llegue a la atmósfera, se baraja el sistema de captura y almacenamiento de CO2 (CCS), un conjunto de diversas tecnologías que capturaría este gas en las industrias donde se genera para transportarlo y almacenarlo después en el mar o bajo tierra.
Por otra parte, el concepto de «geoingeniería» abarca una serie de propuestas para controlar el clima a voluntad, como fertilizar los océanos con hierro, bombear azufre en la estratosfera, instalar espejos gigantes entre la Tierra y el Sol, crear nubes con sal marina, fabricar árboles artificiales, etc.
Sin embargo, diversos expertos dudan de la viabilidad o la seguridad de estos sistemas y subrayan las posibles consecuencias negativas que podría entrañar su uso. Su generalización, afirman, requeriría grandes cantidades de dinero que podrían dedicarse a otras tecnologías más ecológicas y que han demostrado su eficacia. Medidas para combatir el cambio climático.