Día Mundial del Suelo 2022. Para este año el lema principal es “Los suelos, origen de los alimentos». Esta campaña tiene un objetivo muy claro: darles a los suelos la relevancia que se merecen. Y hacer que las personas tomen conciencia de su importancia. Un manejo sostenible de los sustratos es la única manera de asegurar la soberanía alimentaria de cada nación.
Suelos y alimentos
Sin suelo, la vida en la Tierra no existiría. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el 95% de nuestros alimentos proviene directa o indirectamente de los suelos. Por lo que su salud juega un papel vital en la reducción del hambre y la pobreza a nivel global.
Desafortunadamente, la degradación del suelo es cada vez más acusada. La desertificación, la deforestación y ciertas prácticas agrícolas son las principales causas de este deterioro. A ello hay que sumarle, los incendios, los monocultivos, las plantaciones de productos no locales, la contaminación o las especies invasoras.
La mayoría de las personas no tiene idea de la importancia de los suelos. Ni del rol fundamental que estos tienen en su forma de alimentarse y de vivir. Se cree que el suelo es cosa de la gente del campo y que no hay porque preocupase por ello. Pero esto es una falacia. Y a la hora de preservarlos y restaurarlos todos tenemos que poner manos a la obra para conseguirlo. Por eso, la ONU declaró en 2012 que el 5 de diciembre sería el Día Mundial del Suelo.
Menos tecnologías y más naturaleza
Un suelo sin arar se beneficia de una intensa vida biológica: lombrices, hongos, bacterias y una diversificada fauna macro y microbiológica. Esta se alimenta de los residuos de las cosechas. Y la actividad de los microorganismos producirá todo tipo de minerales. Que es el alimento natural de las plantas. En esto consiste el ciclo natural de la fertilidad.
Los elementos vitales de los vegetales, tales como las vitaminas o los minerales, son el fruto del ciclo natural de la fertilidad. Por lo que no es necesario un abono químico. Un suelo rico y equilibrado producirá alimentos más sanos y poco susceptibles a las enfermedades. Esto implica que uso de productos fitosanitarios se minimice e incluso se logre evitar por completo.
La primera consecuencia es el sabor. Los suelos ricos en materia orgánica aportan todos los nutrientes a los vegetales. Por lo que tanto el sabor, como el olor, el color y la textura, serán completamente diferentes a los que se cultivan industrialmente. Y con esas características también se recuperan los nutrientes más elementales. De hecho, os análisis químicos confirman esta percepción.
Cultivos industriales = vegetales pobres = suelos degradados
El arado industrial, la fertilización química y los pesticidas acaban con los microorganismos responsables de fertilizar los suelos. Al desestructurarse el suelo y contaminarlo con agentes no naturales, la materia orgánica viva desaparece gradualmente. Por lo que para poder producir se debe recurrir al abono sintético, que es parte del círculo vicioso que acaba con la salud de los sustratos y del medio ambiente. Día Mundial del Suelo 2022.