“En los últimos 10 años, el país africano ha intentado por tres veces prohibir el uso de las bolsas de plástico y finalmente lo ha conseguido. A partir del día de hoy, cualquiera que se le encuentre vendiendo, entregando, llevando o fabricando estas bolsas podría enfrentar multas de un máximo de 35.000€ y/o penas de prisión de hasta cuatro años.”
Tras 6 meses de avisos
Varios países africanos ya han tomado medidas similares, incluyendo Sudáfrica, Ruanda y Eritrea y el gobierno keniata dice que la prohibición ayudará a proteger el Medio Ambiente, pero los fabricantes de bolsas han argumentado que, se podrían perder 80.000 puestos de trabajo.
La Corte Suprema de Justicia declaró la semana pasada, que las preocupaciones ambientales del país eran más importantes, que los intereses comerciales de las empresas, por lo que la prohibición entrará hoy en vigencia (tras 6 meses de plazo para adaptarse a ella, que expiraron ayer domingo).
El viernes pasado, un tribunal rechazó un intento legal de desafiar la prohibición, mientras que, según las encuestas, la gran mayoría de los ciudadanos del país, parecen estar de acuerdo con esta medida, aunque ven muy difícil su aplicación y la eliminación total de las bolsas, en plazos cortos.
Deshacerse por completo de las bolsas de plástico se ha convertido en un grave problema para el gobierno del país, dado que se calcula que los kenianos utilizaban al menos unos 24 millones de bolsas de plástico cada mes.
Este tipo de bolsas generalmente se daban de forma gratuita en los puntos de venta y luego se las empleaba de innumerables formas. Los keniatas acostumbran a lavarlas y a reutilizarlas, pero esa opción ya no se podrá poner en práctica.
Esto plantea una enorme incertidumbre sobre cómo los consumidores se adaptarán a la vida sin bolsas de polietileno y cuál será la forma mediante la cual se logrará recoger y eliminar, los millones de bolsas que todavía están en manos de los ciudadanos.
La Autoridad Nacional de Medio Ambiente y Gestión explicó que los extranjeros tampoco podrán llevar bolsas de plástico y que al ingresar en el país por el medio que sea, les serán requisadas y no podrán ingresar al territorio nacional.
Las alternativas y sus usos
Aparentemente las grandes empresas ya han encontrado la forma de adaptarse al cambio, el problema se da entre los pequeños comerciantes, especialmente los “informales”, que aún no habían obtenido materiales de embalaje alternativos.
Una encuesta realizada por un periódico keniata local, reveló que la mayoría de los pequeños comerciantes que trabajan en el mercado Muthurwa de Nairobi, no saben cómo harán a partir de hoy, para envolver los productos que venden.
Estos comerciantes de la más humilde extracción, alegan que, aunque la introducción de la medida fue gradual y están de acuerdo con ella, carecen de medios para comprar otro tipo de bolsas, ya que las de plástico las reutilizaban una y otra vez.
En cuanto a las alternativas, una investigación en Europa ha demostrado que cada bolsa de papel, debe utilizarse al menos tres veces para compensar la cantidad de carbono generada por su fabricación y transporte, una de materiales biodegradables, cuatro veces y una de algodón, 131.