El objetivo de esta iniciativa ha sido fundamentalmente medioambiental y social, toda vez que se centra en mejorar la vida de los residentes locales y el hábitat marino.
La ciudad holandesa de Rotterdam presume de parque flotante reciclado. Tras 5 años de trabajo, se ha creado una base flotante de 140 metros cuadrados ubicada cerca del puerto en la que, utilizando plásticos recogidos en el mar, se han configurado bloques de construcción hexagonales sobre los que se ha montado un área verde con variedad de plantas: desde musgo hasta árboles de pocos metros de altura.
La edificación ha sido gestada por el arquitecto holandés Ramon Knoester, muy concienciado con el impacto que supone la elevada contaminación que padecen los mares debido a la desorbitada cantidad de residuos plásticos que soportan, contando el proyecto con el apoyo de la firma de arquitectura WHIM y la Fundación Recybcled Island, en colaboración con el muncipio de Rotterdam y HEBO Maritiemservice.
El objetivo de esta iniciativa ha sido fundamentalmente medioambiental y social, toda vez que se centra en mejorar la vida de los residentes locales y el hábitat marino. El verde flotante captura el CO2 del aire y debajo del parque se ha instalado un filtro helophyte purificante. En el río, los peces y otros pequeños tipos de fauna pueden obtener su caldo de cultivo, estimulando así la biodiversidad.
La idea del padre de este proyecto, según distintos medios, es promover la instalación de parques reciclados en otras ciudades, como Ámsterdam, la capital de Holanda, y ya se apunta a que existen planes respecto a Charleroi (Bruselas) o Yakarta (Indonesia).
Innovación
El uso de materiales, el diseño y la aplicación intersectorial constituyen los tres factores que dotan a este parque de un carácter innovador. Lo cierto es que nunca antes se había realizado un parque flotante a partir de plástico reciclado y se espera que este material se utilice cada vez más en construcciones flotantes.
Además de todo ello, el diseño se caracteriza por ser único y singular. Los bloques de construcción hexagonales se han conectado de tal manera que los visitantes pueden caminar sobre los mismos, el concepto sobre el que asienta esta iniciativa supone todo un desafío: usar plástico en una instalación verde.