Una paradoja evitable
Cada día millones de personas padecen de hambre, desnutrición y enfermedades relacionadas con la falta de alimentos. Se calcula que unas 24.000 mueren de hambre diariamente y las tres cuartas partes (18.000) son niños menores de 4 años. Esto sucede especialmente en los países más desfavorecidos, pero en realidad ninguna nación está libre de este flagelo.
Mientras tanto, la cantidad de alimentos que se desperdicia aumenta año a año y lo hace de manera proporcional a los ingresos de cada nación: cuanto mejor se vive, más comida se tira a la basura, una situación insostenible que solo puede cambiar si quienes más desperdician deciden cambiar de hábitos.
Desperdicio de recursos y alimentos
Cuando se desechan alimentos, no solo se están desperdiciando cantidades ingentes de comida, sino que, también se ‘tiran a la basura’ todos los recursos que se necesitaron para producirlos (agua, dinero, energía, mano de obra, suelos etc.), por ello es necesario un cambio radical encaminado hacia la sostenibilidad alimentaria.
El desperdicio de alimentos no es solo el que se produce cuando tiramos lo que sobra de un plato de comida, sino que abarca mucho más, ya que la selección de frutas y verduras “perfectas”, el recorte de ciertas partes de las hortalizas que podrían ser aprovechables, el uso solo de ciertas partes de los alimentos para preparar platos, comprar alimentos de más y que se caduquen, también son formas de desperdicio.
¿Cómo puedo combatir este problema?
El primer paso es llevar una dieta saludable, balanceada y completa, tratando de utilizar todos los componentes de cada uno de los alimentos. A la hora de comprar, la planificación es vital para no desperdiciar nada, ya que si sabemos qué vamos a cocinar cada día, podremos adquirir lo justo y necesario.
No busques solo las frutas y las verduras perfectas, las “feas” también sirven y resulta de gran importancia saber almacenar los alimentos con sensatez, para que la comida no se estropee. Y es realmente fundamental aprender a reciclar comidas y a guardar los sobrantes para consumirlos otro día. El Planeta y el resto de la humanidad agradecerán cada gesto de tu parte. Colabora.
Por Sandra MG para ECOticias.com