El megaproyecto hídrico de Rusia de 100.000 millones: transferir aguas siberianas a Kazajstán con miles de kilómetros de tuberías

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Por HoyECO
Publicado el: 27 de diciembre de 2025 a las 11:05
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La Academia de Ciencias de Rusia estudia una versión “siglo XXI” del viejo plan soviético de desviar ríos siberianos hacia Asia Central. La idea que vuelve a circular es conducir parte del caudal del río Obi hasta Uzbekistán atravesando Kazajistán, no con un canal abierto, sino con una red cerrada de tuberías (una diferencia clave para reducir pérdidas por evaporación e infiltración).

Trasvase del río Obi por tubería y qué números se manejan

Según lo expuesto en medios que citan la discusión técnica, se plantea una red presurizada con siete líneas de tubería de unos 2.100 kilómetros cada una. En una primera fase podría transportar alrededor de 5,5 mil millones de metros cúbicos al año (5,5 km3) con opción de ampliarse entre tres y cuatro veces, si hubiera demanda y financiación.

En costes, algunas estimaciones divulgadas sitúan el megaproyecto en torno a 100.000 millones de dólares y con un horizonte de construcción de al menos 10 años, lo que lo convierte en una apuesta de largo aliento más que en una solución inmediata a una sequía puntual.

Por qué vuelve la propuesta en 2025 (estrés hídrico y agricultura)

El trasfondo es una región con presión creciente sobre el agua, donde la agricultura suele ser el principal consumidor. A escala mundial, el nivel de estrés hídrico alcanzó el 18,6 por ciento en 2021 y la agricultura concentró el 72 por ciento de las extracciones de agua dulce, según el informe de seguimiento de ONU Agua sobre el indicador ODS 6.4.2. Ese mismo informe señala que Asia meridional y central figura entre las zonas con niveles elevados de estrés hídrico.

Para dimensionar lo que significaría la cifra inicial de 5,5 km3, una referencia útil es Uzbekistán. En la serie compilada por FAO (AQUASTAT), el país registraba retiradas totales del orden de 56 km3 en 2005. En ese marco, la “primera fase” del trasvase equivaldría aproximadamente a un 10 por ciento de ese volumen, aunque el impacto real dependerдіa de dónde se entregue, en qué meses y bajo qué reglas de reparto.

Riesgos ambientales y el freno político

Dentro de la propia comunidad científica rusa hay voces muy críticas. Un investigador del área de ecología acuática del brazo siberiano de la academia rusa fue citado calificando la implementación como poco razonable desde el punto de vista ambiental y difícil de materializar por razones políticas (en especial por la necesidad de acuerdos entre varios Estados y por los efectos en sistemas ya tensionados como Amu Daria y Sir Daria).

Este punto es sensible porque la región arrastra un historial traumático de ingeniería hidráulica a gran escala. El desastre del mar de Aral se asocia precisamente a desvíos masivos para riego desde la década de 1960, un antecedente que alimenta el escepticismo social cuando se habla de “mover ríos”.

Geopolítica del agua (precio, influencia y dependencia)

El proyecto también se lee en clave de poder. Una tubería transfronteriza no es solo una obra civil, también crea dependencia contractual (tarifas, volúmenes garantizados, cláusulas de corte y arbitraje). En la cobertura sobre la discusión técnica aparece además un matiz relevante. La empresa Poliplastik, mencionada por su tecnología de tuberías, aseguró a la prensa que no es iniciadora ni participante de ningún proyecto de trasvase y que su aportación fue de carácter técnico y experto.

Alternativas más rápidas que un megaproyecto de 10 años

Incluso si el estudio concluyera que la obra es viable, hay un dato incómodo. Los plazos largos chocan con la urgencia de la gestión del riego, las pérdidas en redes y la modernización de infraestructuras. ONU Agua insiste en medidas como riego eficiente, captación y cooperación regional para gestionar cuencas compartidas y reducir conflictos, acciones que suelen rendir antes que una obra de escala continental.

Si se quiere un enfoque práctico, la pregunta no debería ser solo “cuánta agua puede llegar”, también “cuánta agua puede dejar de perderse”. En muchos casos, reducir fugas, medir consumos, cambiar cultivos y modernizar canales puede liberar volúmenes comparables a los de una primera fase de trasvase, con menos riesgo ecológico y sin generar dependencia externa.


HoyECO

Equipo editorial de ECOticias.com (El Periódico Verde), integrado por periodistas especializados en información ambiental: naturaleza y biodiversidad, energías renovables, emisiones de CO₂, cambio climático, sostenibilidad, gestión de residuos y reciclaje, alimentación ecológica y hábitos de vida saludable.

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