Los astrónomos encuentran un cúmulo compacto inesperado en el borde del sistema solar

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Por HoyECO
Publicado el: 31 de diciembre de 2025 a las 10:56
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Asteroides flotando en el espacio con fondo estrellado y colores impresionantes.

En la frontera helada del sistema solar, más allá de Neptuno, los astrónomos acaban de localizar un pequeño barrio de mundos que se mueven juntos y en orden. Es un cúmulo compacto de objetos dentro del cinturón de Kuiper, a unos 6.400 millones de kilómetros del Sol, en torno a 43 unidades astronómicas.

El trabajo, liderado por Amir Siraj, doctorando de astrofísica en la Universidad de Princeton, describe esta concentración como un “núcleo interno” del cinturón de Kuiper y ha sido aceptado en The Astrophysical Journal Letters. Según el equipo, este grupo podría guardar pistas sobre cómo se desplazaron los planetas gigantes en los primeros tiempos del sistema solar.

Qué es el cinturón de Kuiper y qué tiene de especial el nuevo núcleo

El cinturón de Kuiper es una región repleta de cuerpos helados que se extiende desde la órbita de Neptuno hasta unas cincuenta unidades astronómicas. Allí viven planetas enanos como Plutón y miles de pequeños objetos que conservan la huella de los primeros tiempos del sistema solar.

Dentro de esa población ya se conocía un grupo llamativo. En 2011 se identificó el llamado “núcleo”, una concentración de objetos con órbitas casi circulares y poco inclinadas cerca de las cuarenta y cuatro unidades astronómicas, parte de la familia clásica fría.

El análisis actual de mil seiscientos cincuenta objetos clásicos revela ahora otro cúmulo muy parecido pero algo más hacia el interior, alrededor de cuarenta y tres unidades astronómicas. El nuevo “núcleo interno” reúne órbitas aún más ordenadas y podría agrupar en torno a un diez por ciento de todos los objetos clásicos del cinturón, lo que apunta a una estructura adicional dentro de esta región helada.

Cómo se ha descubierto este pequeño barrio helado

Hasta hace poco, estructuras como el núcleo se detectaban casi a ojo, mirando diagramas orbitales y buscando zonas más densas. En este estudio el equipo recalculó las órbitas en un marco baricéntrico, limpió las partes más afectadas por los tirones de los planetas gigantes y aplicó técnicas de minería de datos. Además, solo usó objetos observados durante varios años para reducir la posibilidad de falsos grupos.

Sobre ese conjunto aplicaron DBSCAN, un algoritmo que agrupa puntos cuando se acumulan en una zona concreta. Sería como entregar a un ordenador el plano de una ciudad y pedirle que señale él mismo dónde empiezan y acaban los barrios. Al hacerlo reaparece el núcleo clásico y, junto a él, se destaca el nuevo núcleo interno. En palabras de Siraj, “el núcleo nunca se encontró solo”, una forma de resumir que el patrón de cúmulos ya estaba escondido en los datos.

Lo que nos cuenta sobre Neptuno y la historia del sistema solar

Los objetos clásicos fríos del cinturón de Kuiper, entre ellos el pequeño mundo Arrokoth visitado por la sondaNew Horizons, muestran superficies poco alteradas y órbitas suaves. Funcionan como fósiles que ayudan a reconstruir cómo era el sistema solar exterior antes de que los planetas gigantes terminasen de reorganizarse.

Los modelos apuntan a que Neptuno se fue desplazando hacia afuera mientras interactuaba con el disco de restos helados, capturando algunos objetos en bandas estrechas y usando resonancias entre órbitas para agrupar otros o vaciar zonas intermedias. Si el núcleo y el núcleo interno se formaron así, marcan los límites de esa influencia y acotan cuánto se agitaron realmente las órbitas de estos pequeños cuerpos.

Por eso un puñado de cuerpos helados que nunca veremos a simple vista se convierte en un examen muy exigente para los modelos numéricos. Si una simulación no es capaz de reproducir este pequeño barrio ordenado, algo falla en la historia que contamos sobre el origen del sistema solar.

Lo que falta por saber

El propio equipo admite que aún no está claro si el núcleo interno es una población independiente o la parte interior de un núcleo más amplio, porque la separación depende en parte de cómo se configuran los parámetros del algoritmo. Harán falta más objetos bien medidos para resolver la cuestión.

Aquí entran en juego las próximas campañas del Observatorio Vera C Rubin, que con su gran cartografiado del cielo debería descubrir miles de nuevos objetos del cinturón de Kuiper. Un censo mayor permitirá comprobar si este núcleo interno mantiene su identidad y revelar otros grupos escondidos en un borde del sistema solar que aún guarda muchas sorpresas.

El estudio oficial ha sido publicado en The Astrophysical Journal Letters.


HoyECO

Equipo editorial de ECOticias.com (El Periódico Verde), integrado por periodistas especializados en información ambiental: naturaleza y biodiversidad, energías renovables, emisiones de CO₂, cambio climático, sostenibilidad, gestión de residuos y reciclaje, alimentación ecológica y hábitos de vida saludable.

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