En la actual tendencia de cuidado del ambiente, se ha hecho indispensable la descarbonización de todos los sectores productivos, especialmente el de la movilidad. En este contexto se había apostado por la electrificación de los coches como una solución que era sostenible, pero a medida que pasa el tiempo se han dado cuenta de los problemas que trae usar solo esta tecnología de propulsión por lo que se le ha despedido por esta otra.
Los coches eléctricos: una tecnología que aún debe superar muchos retos a pesar de sus ventajas
Estos coches son propulsados por uno o varios motores que usan electricidad como combustible y su energía la obtienen de baterías ubicadas dentro del vehículo, que son recargables. Esta tecnología ofrece múltiples ventajas como tener menos costos operativos y de mantenimiento, no emitir gases de efecto invernadero lo que contribuye a paliar el cambio climático y un funcionamiento muy silencioso, entre otras.
Pero también poseen desventajas que los hacen imprácticos, como su limitada autonomía, muy pocas estaciones de recarga, reemplazo de la batería por fin de vida útil que resulta muy costoso además del costo ambiental por su disposición, precios muy altos del vehículo, etc. Por esta razón, los fabricantes están en la permanente búsqueda de un sistema alternativo que sea intermedio pero que cumpla con las regulaciones.
Una configuración que puede ser la solución para la movilidad eléctrica pura
Uno de los problemas que enfrentan los fabricantes de coches eléctricos es que las ventas no han sido como ellos esperan, pero ya tienen fabricados un gran lote de vehículos a los que sería muy costoso integrarles un motor de otra tecnología de movilidad… hasta ahora. Puesto que hay una empresa que ha ideado un sistema que, instalado con una simple cirugía, los convierte en automóviles híbridos.
La empresa en cuestión se llama Horse Powertrain (que ya fabricó otro inédito vehículo híbrido que fusiona dos combustibles) y es propiedad conjunta de Geely, Renault Group y la compañía petroquímica Aramco. La idea se basa en integrar motores a gasolina, de muy bajas emisiones, en automóviles eléctricos puros de una manera rápida, fácil y económica, transformándolos en vehículos híbridos.
Puede operar de dos formas: como una transmisión independiente que funcionaría junto con el propulsor eléctrico de forma alternada según las necesidades del conductor quien decide cuál usa, o como ampliador de autonomía para uso de la batería de alto voltaje que ya equipan los coches. El módulo incluye toda la electrónica de potencia necesaria para la propulsión híbrida, por lo que no hacen falta elementos adicionales.
En detalle… ¿cómo está constituido este sistema?
El mismo está conformado por un motor eléctrico, uno de combustión y una transmisión. Funciona con tracción delantera y puede trabajar con todo tipo de combustible como biocombustible, metanol puro, etanol, diésel y otros. Por otra parte, también tiene la ventaja de que tanto los coches eléctricos como los que usen esta innovadora configuración, podrán ser ensamblados usando la misma línea de producción.
Es muy sencilla la instalación de la unidad ya que se fija en el subchasis del automóvil directamente por lo que se deben hacer un mínimo de adecuaciones para su funcionamiento con el cableado eléctrico que posee el vehículo. Solo hace falta espacio y componentes como un sistema de escape de gases y un tanque para combustible. Esta configuración será presentada en el Salón del Automóvil de Shanghái de 2025.
En resumen, con el sistema de conversión de coches eléctricos a híbridos diseñado por Horse Powertrain (que también ha diseñado otro motor que sustituye a los eléctricos), se ha dado un paso muy importante para la masificación de la propulsión sostenible, ya que la maquinaria no eléctrica es de muy bajas emisiones de CO2. Además, la instalación y adaptación son muy sencillas y económicas.