Están científicamente comprobados los efectos saludables que tiene incluir en nuestra dieta diaria el consumo de vegetales y tubérculos para favorecer el buen funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, un equipo de ingenieros se encuentra investigando las propiedades estructurales de las zanahorias y remolachas que podrían convertirse en el aislante perfecto para la construcción
¿Cómo es que la zanahoria y la remolacha pueden convertirse en un aislante perfecto para la construcción?
Un estudio realizado por ingenieros de la Universidad de Lancaster, coordinados por el profesor Mohamed Saafi y en colaboración con socios industriales de Cellucomp Ltd. UK, han desarrollado un material proveniente de desechos de tubérculos que refuerza el hormigón.
La innovación basada en nanoplaquetas extraídas de las fibras de zanahorias y remolachas y colocadas en una mezcla de hormigón, concluyó que optimizaba sus propiedades mecánicas. Por lo tanto, los hormigones compuestos por vegetales superaban a todos los aditivos del cemento.
Esta revolucionaria tecnología podría no solo disminuir los costos de producción sino reducir la huella de carbono extremadamente alta del cemento en la construcción, además de convertirse en el aislante perfecto por su resistencia y adaptación.
¿Cuáles son las propiedades del nuevo aislante fabricado a partir de biomateriales?
El experimento incorporó fibras de residuos orgánicos de tubérculos a una mezcla de concreto que supuso el ahorro de un 40% de cemento Portland por metro cúbico de hormigón, y por lo tanto generó 40 kg menos de emisiones resultando un aislante perfecto para la sostenibilidad.
Al sustituir una parte considerable de cemento por fibras vegetales en la estructura del hormigón se logró aumentar la cantidad de hidrato de silicato de calcio, que es la principal sustancia que controla el rendimiento del hormigón, logrando mayor durabilidad.
Los investigadores concluyeron que los hormigones con compuestos vegetales superaban las propiedades de todos los aditivos de cemento disponibles comercialmente, como el grafeno y los nanotubos de carbono, además de tener un coste mucho menor para lograr el aislante perfecto.
El profesor Saafi afirmó que las propiedades mecánicas y microestructurales de estas nanopartículas provenientes de raíces de la industria alimentaria puede disminuir la cantidad de cemento utilizada y ofrecer un valor agregado en cuanto a resistencia y durabilidad.
En otros términos, agregó que los compuestos cementosos de base vegetal cuentan con una microestructura más densa, lo cual es importante para prevenir la corrosión y las grietas y aumentar la vida útil de los materiales.
Actualidad del aislante perfecto fabricado con biomateriales
El estudio que contó con la financiación de 195.000 libras esterlinas del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, se inició hace dos años con el objeto de encontrar un aislante perfecto mediante soluciones más sostenibles para la industria de la construcción.
Teniendo en cuenta que la contaminación por hormigón es correlativa a su tamaño por metro cúbico de fabricación, y que las predicciones para los próximos 30 años vienen en alza, la incorporación de este nanomaterial podría reducir considerablemente las tasas de emisión.
El proyecto ahora se encuentra trabajando en la fabricación de láminas de nanoplaquetas vegetales para incorporar a las estructuras de hormigón y ofrecerles mayor resistencia y adaptabilidad para constituirse como el aislante perfecto de paredes y cubiertas.
Dicha innovación intenta reemplazar la fibra de carbono en las estructuras de las vigas de hormigón pueden reforzar y desviar las fuerzas de tensión de manera armónica, evitando la corrosión y las grietas.
Comprobada la firmeza, durabilidad y la resistencia que le ofrecen los biomateriales en el concreto, se podría sustituir al cemento en un futuro próximo, causante de la mayor cantidad de emisiones de carbono a la atmósfera y afirmar la reutilización de desechos orgánicos. Pronto podremos comenzar a utilizar este aislante perfecto en edificios, viviendas y oficinas.













