La economía de un país depende de muchos factores de origen geopolítico donde los problemas que afectan a otras naciones tienen influencia en la misma, especialmente cuando se involucran conflictos internos o externos de larga data. Te presentamos una fuerza que proviene de un lugar muy frío de Europa la cual amenaza con apagarlas, y ya no es solo por su gobierno. Observemos más de cerca.
Una amenaza energética desde el lugar más frío de Europa
La invasión por parte de Rusia a Ucrania, que comenzó en el 2022 concretamente en el mes de febrero, ha degenerado en una guerra abierta que ha sido sangrienta, y muy prolongada puesto que en el 2026 arriba a sus cuatro años y aún no se avizora una resolución clara al conflicto, a pesar de los esfuerzos de algunos países por conseguir una salida diplomática. Esto por la evolución de este enfrentamiento.
Ucrania tiene el apoyo de la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea, sin embargo, el paso del tiempo ha representado una estabilización en el frente, lo que significa que ha terminado por caer en una guerra de desgaste, pero sin inclinar la balanza hacia uno u otro bando. Por otra parte, ha significado una gran distorsión en los distintos mercados, sobre todo en el energético que es la mayor amenaza.
La amenaza de que España tenga que apagarlas
Las cinco centrales nucleares aún activas de España que son Cofrentes, Trillo, Ascó, Vandellós II y Almaraz, corren un serio riesgo de ser apagadas, pero ahora la amenaza no proviene solo del gobierno sino del lugar más frío de Europa, nos estamos refiriendo a Rusia. Un apagón de servicio de estas instalaciones será un duro golpe energético para la península.
Ya que le sería muy difícil cubrir la cuota de energía que suministran estas plantas, lo que se traduciría en apagones regionales ya que la demanda superaría a la producción, aun con el aporte de las renovables. Por lo que los productos energéticos de este país son clave para España y Europa (se ha demostrado que el viejo continente no solo depende del gas de la nación rusa sino de otros recursos).
A pesar de lo que se ha dicho de la independencia nuclear, la verdad es que nuestras centrales dependen en cuanto al combustible, puesto que los importamos desde Rusia por lo que nuestro país está expuesto a las variantes de los mercados mundiales. Esto se debe principalmente a decisiones políticas que prefirieron la compra de uranio barato en lugar de escoger los proveedores más seguros.
Según los datos aportados por El País, más del 50 % del uranio enriquecido necesario para las centrales atómicas es importado desde Rusia. Este es suministrado por la empresa Tenex que pertenece a la empresa estatal de Rusia, Rosatom. Aunque Enusa, la empresa que controla el suministro nuclear en nuestra nación, asegura que hay reservas hasta el 2028.
España posee grandes reservas de combustible nuclear
Las grandes reservas naturales que están en nuestro subsuelo, las cuales se estiman en 34 000 toneladas de uranio no pueden ser explotadas debido a la Ley de Cambio Climático aprobada en 2021, por representar una amenaza al ambiente. Como muestra está el caso de la empresa australiana Berkeley a la que le fue denegado el permiso para la apertura de una mina en la región de Salamanca.
Hasta el momento, las centrales nucleares de España ya no solo enfrentan la amenaza de ser cerradas por el cronograma de desnuclearización sino también por el dominio del combustible nuclear de Rusia (además, este último país desea recuperar el dominio de la energía negra). Aunque la península tiene una gran reserva natural de uranio con la cual resolver en caso de emergencia, no puede extraerlo.