El apagón ocurrido en España, a finales de abril, ha dejado lecciones que debimos aprender de la peor manera, pero deja al descubierto que las líneas que proveen energía a la península son eléctricamente muy frágiles, a pesar de que la generación de renovables está en un pico máximo. La posibilidad de que el evento pueda repetirse está obligando al gobierno a retroceder. Observemos esto.
El gran apagón de España dejó muchas secuelas
Cuando eran las 12:33 horas de España, se presentó una desconexión de los principales sistemas eléctricos que dejó sin energía a gran parte del territorio español y a ciudades fronterizas de Francia y Portugal. Este evento afectó toda la infraestructura de servicios públicos y privados del país, que incluyó transporte masivo, telecomunicaciones, hospitales y clínicas, seguridad, vialidad, atención de emergencia, etc.
Se calcula que quedaron sin servicio unos 60 millones de personas por espacio de diez horas. Este incidente dejó al descubierto múltiples deficiencias a nivel de infraestructura eléctrica, como la falta de un monitoreo y control constante y efectivo, fallas de interconexión, falta de almacenamiento, producción de renovables que lleva a vulnerabilidades, entre otras. Esto ha llevado a tomar medidas extraordinarias.
Una solución temporal que podría ser permanente
Como consecuencia del apagón sufrido por España, la empresa Red Eléctrica, que es la encargada de la gestión y administración del sistema eléctrico de la península, ha implementado un refuerzo que viene a sanar la herida abierta que dejó este incidente, aunque en el papel significa un retroceso: las plantas de ciclo combinado de gas que, aunque inicialmente fueron una medida temporal, posiblemente sea definitiva.
Esto significa que nuestro país retrocede a la época del gas (aunque una inteligencia superior ha advertido a la península cuándo volverá a pasar). Esta prevención se tomó desde el mismo día en que el sistema se recuperó del apagón con el fin de garantizar su estabilidad y continuidad. Por lo que la misma continuará aplicándose hasta que se pongan en práctica los recursos técnicos que sean los indicados.
Para que eviten otros incidentes de este tipo y magnitud. Como seguramente estas soluciones técnicas tardarán bastante tiempo en ser definidas e implantadas, las plantas de gas seguirán en funcionamiento y desde ya se puede decir que es una nueva normalidad. Es de destacar que esta situación es dada porque no se puede confiar únicamente en la energía renovable y en la de origen hidroeléctrico.
Esta supuesta temporalidad del uso del gas en España para generar electricidad es afirmada por el Real Decreto-Ley 7/2025 que establece una serie de medidas orientadas al robustecimiento del sistema eléctrico. Como son la flexibilización para la construcción e integración de centrales híbridas, sustituciones, cambios y modificaciones en las líneas de transporte y distribución, etc.
Pero… ¿por qué regresamos al gas si estamos nadando en energía renovable?
El caso es que la renovable es abundante pero durante el día y cuando hace mucho viento, pero en la noche o en días nublados es escasa y la demanda aún tiene valores muy altos en España. Como no se tiene suficiente capacidad de almacenamiento, el mecanismo eléctrico tiende a perder estabilidad y a sobrecargarse. Por ahora, solo el gas da garantía de que no se presenten estas situaciones.
En definitiva, el apagón sucedido en España ha dejado una gran herida abierta (de hecho, aún no lo supera, pues hay otra amenaza que pudiera repetirlo). Se han tomado medidas que eran temporales para estabilizar el sistema de energía, pero que se han convertido en permanentes que nos llevan a una nueva realidad. Se trata de la reactivación de las plantas combinadas de gas, lo cual nos hace retroceder.