La temporada de huracanes que inició en mayo de este año ha sido relativamente baja en la producción de este fenómeno con un número de eventos menor al esperado. Pero para la segunda mitad esta situación cambiará porque las aguas del Atlántico están “hirviendo” lo que puede producir un monstruo devastador.
Advertencias sobre la formación de huracanes en las costas del Atlántico
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés) está dando advertencias sobre la formación de huracanes en el Atlántico a partir del primero de septiembre. Esta es la fecha más exacta que puede dar aunque es lo bastante aproximada como para tomar acciones preventivas.
Al respecto, predicen que para este mes habrá diez tormentas con nombre. Este pronóstico parece acertado, y hasta pudiera quedarse corto, puesto que hasta la fecha se han formado cinco de las cuales se han transformado una en tormenta mayor y tres en huracanes de categoría uno.
El porqué se prevé que septiembre sea un mes muy activo e intenso
Una de las causas es el paso de tres ondas tropicales las cuales podrían generar desequilibrios climáticos sobre todo en Texas pero también en otros estados costeros de los Estados Unidos. A esto se le suma que las aguas del Atlántico muestran una temperatura inusualmente alta para esta época del año, casi “hirviendo”.
Si se dan factores como presión atmosférica alta con un aumento de la humedad del aire, serían actores desencadenantes de este monstruo marino que todos temen. Es de hacer notar que el promedio de formación de ciclones tropicales ha estado por debajo de la cifra observada en años anteriores.
Las estadísticas muestran que si bien el Atlántico ha conservado casi idéntico su récord de formación de tormentas, en otras regiones este valor ha disminuido entre un 40 y un 50 %. Pero el problema es que su intensidad, y capacidad para subir de categoría, ha sido tan alta que supera todos los pronósticos.
Ahora, refiriéndonos al Centro de Pronóstico FOX, otro instituto que estudia la formación de tormentas marinas, el mismo considera que septiembre podría comenzar en forma similar a la última semana de agosto. Pero que esto puede variar por una perturbación presente en las aguas oceánicas.
Que podría originar ciclones que terminen en huracanes devastadores. Estas distorsiones son producto del cambio climático, los cuales producen la nombrada disminución en la formación de tormentas pero con mayor tendencia a producir daños en las costas por un incremento en la Energía Ciclónica Acumulada.
Todo esto conforme nos vamos adentrando en la época de estos eventos. Y es que a falta de varias semanas para terminar la temporada, que es hasta el 30 noviembre pareciera que se quedan cortas las proyecciones de formación entre 20 y 30 tormentas de categoría superior a tres con nombre.
El histórico no ayuda en las predicciones
El problema es que por las consecuencias y distorsiones que trae el cambio climático, se hace muy difícil para los meteorólogos realizar sus pronósticos especialmente en el Atlántico. Además, de que las estadísticas no se ponen de acuerdo con el histórico de eventos.
Así, por ejemplo, en 2020 ocurrieron 15 tormentas con nombre sin mayores consecuencias. Pero en 2022 solo se produjeron 10 con nombre pero se produjo el huracán de categoría uno llamado Ian que asoló las costas de los Estados Unidos lo que lo hizo el tercer año más costoso que se tenga registro.
Concluyendo, las altas temperaturas en Atlántico son un factor que favorece la formación de tormentas de categoría uno que son las más devastadoras. Lo peor es que poco pueden hacer los que pronostican estos fenómenos debido a las distorsiones que son producto del cambio climático global.