En el sinuoso camino de transición de los combustibles fósiles por alternativas más respetuosas con el medio ambiente, la movilidad mundial pendula entre la electrificación, el hidrógeno, el biometano y los sistemas híbridos, en busca de la mejor fuente de energía sostenible. El sector más conflictivo es el del transporte de cargas pesadas que, así como esta empresa parece haber encontrado solución, otras están en medio de la incertidumbre.
Las alternativas de combustible para el transporte marítimo de cargas pesadas son varias y algunas más peligrosas
El sector particular de transporte pesado marítimo aun no encuentra mejores opciones al fueloil pesado o al gas natural licuado (GNL), con todos los inconvenientes climáticos asociados, responsables del 90% de las emisiones de todo su conjunto.
Mientras se esperaban nuevas tecnologías provenientes el proyecto de e-metanol FlagshipONE de Suecia, la noticia reciente de una posible colaboración para impulsar un portacontenedores con energía nuclear ha despertado la polémica y el temor en el ámbito del mar.
La alternativa eléctrica no ha encontrado lugar en los buques de carga pesada debido al coste considerable del tamaño y peso de las baterías necesarias para abastecer un largo trayecto de este tipo de embarcaciones y las expectativas estaban puestas en la primera instalación de electrocombustible verde a gran escala.
Se cae el proyecto FlagshipONE de Suecia y con él se acrecientan los rumores del pasaje a la energía nuclear
El proyecto FlagshipONE constituía la planta más grande de e-metanol de Europa con una capacidad anual de 55.000 toneladas, instalada en el municipio de Örnsköldsvik, en el noreste de Suecia con el objeto de descarbonizar el sector marítimo.
La región geográfica seleccionada estratégicamente cercana a la planta de cogeneración de biomasa de Hörneborgsverket operada por Övik Energi, cerraba la operatoria de la fabricación del combustible eficazmente para la compañía energética danesa Ørsted, dueña del 45% del proyecto.
La alianza entre el hidrógeno proveniente de Ørsted y el dióxido de carbono de la planta contigua serían la materia prima renovable para el biocombustible del futuro para el transporte de carga pesada marítimo. Sin embargo, y sin motivo aparente la construcción de la planta se detuvo.
La energía nuclear avanza a paso firme
En paralelo a la paralización del proyecto FlagshipONE, ha trascendido una colaboración entre las empresas británicas Lloyd’s Register y Core Power Ltd con Maersk para establecer las condiciones de seguridad para un portacontenedores propulsado por un reactor nuclear de cuarta generación.
La alianza posee las garantías de una autoridad portuaria líder en Europa para las operaciones de carga, la experiencia y trayectoria en el transporte marítimo y de logística de Maersk, la asesoría de Lloyd’s Register y la tecnología en energía nuclear para buques de Core Power.
Aunque el proyecto estaría listo para comenzar a funcionar para el 2040, las discusiones sobre la eficacia y la seguridad de la energía nuclear para el transporte marítimo han cobrado relevancia y es válido tomarlas a consideración para su viabilidad en un futuro próximo.
¿La energía nuclear es viable para descarbonizar el transporte marítimo de cargas pesadas?
La UE ha impuesto el Reglamento FuelEU por el cual obliga a las embarcaciones mayores a las 5000 toneladas a reducir las emisiones de carbono de la energía utilizada a bordo conectándose al arribar a puerto, y la energía nuclear podría ser una buena alternativa de suministro.
A pesar del peligro considerable que significa el transporte de energía nuclear, debe certificar la seguridad para la carga, la tripulación y para el medio ambiente antes de llevarse a cabo, y superar la barrera de los costes económicos inherentes de la fabricación de un reactor de ese tipo a medida.
No obstante, la energía nuclear ya se viene utilizando de manera normal por el sector de la defensa, sobre todo por submarinos y buques civiles que sortean las condiciones climatológicas adversas del Ártico. Veremos si la energía nuclear se proyecta como una buena alternativa para el transporte de cargas pesadas en su camino hacia la descarbonización, como lo ha encontrado esta nave para trayectos de media y larga distancia.
