Desde el siglo pasado, Bugatti siempre ha estado en pugna para conseguir el vehículo que alcance la mayor velocidad. Ahora está tras el récord de los 500 kilómetros por hora. Parece una barrera infranqueable pero al parecer, consiguió una efectiva pero insólita manera de lograrlo. Veamos.
Bugatti está tras el récord de velocidad para demostrar su supremacía como fabricante de coches
El emblemático fabricante francés de coches superdeportivos y que ha establecido numerosas marcas de velocidad, ha organizado un evento a pedido de uno de sus mejores clientes. Con el fin de completar su colección de coches de esta marca con un modelo Mistral fabricado especialmente.
En el transcurso de este evento, Mate Rimac, el CEO de Bugatti – Rimac fue visto discutiendo con los representantes de Michelin, la empresa fabricante de neumáticos más famosa del mundo, sobre qué pueden hacer para ayudar a que el nuevo Tourbillon rompa la barrera de los 500 kilómetros por hora.
Para conseguir este récord no bastan la aerodinámica y la alta potencia del Tourbillon
El Tourbillon es un auténtico bólido con el que Bugatti ha alcanzado la fantástica velocidad de 445 kilómetros por hora. Esta rapidez se debe a un gran motor atmosférico modelo V16 8.3 que desarrolla 1.000 CV con un par de 1.200 Nm asistido por tres motores eléctricos que dan un total de 1.800 CV.
Sin embargo, la marca francesa no es la única que está en la carrera por romper esta barrera de velocidad, ya que en esta pugna están Hennessey y Koenigsegg. Aunque pareciera que es la que está más cerca de conseguirlo por los avances que ha obtenido en los últimos meses.
Ahora bien, esta potencia y la forma aerodinámica no son elementos suficientes para que el Tourbillon, único modelo que se ve capaz de desarrollar los 500 kilómetros por hora, pueda alcanzar esta cifra. Pues hay un tercer factor, que frecuentemente es infravalorado en los coches de alta gama.
Nos referimos a los neumáticos. Puesto que soportar los niveles de potencia y peso que se presentan a esta velocidad es un verdadero reto. Ya que este debe lidiar con deformaciones, vibraciones, cargas y un incremento muy extremo de temperatura donde cualquiera, aunque sea de altas prestaciones, se desintegraría.
O, por lo menos, el riesgo de que se reviente durante la prueba sería muy alto. Por eso es necesario tener un proceso de diseño y fabricación muy avanzado con unos materiales de calidad muy superior a la normal. Es por ello que los cauchos que fabrica Michelin son tan costosos como exclusivos.
En este sentido se estima que para la prueba de los 500 kilómetros por hora del Tourbillon cada neumático tendría un costo de 35.000 euros que, si se le suma el costo de la llanta, estaríamos hablando de 60.000 euros por neumático para alcanzar la velocidad récord, sin contar con los 3,8 millones que cuesta el coche.
Ciertamente, es mucho dinero para invertir en una sola prueba por parte de Bugatti, en un componente que quizá se deba sustituir apenas termine esta. Pero es la única manera de mantener el coche en condiciones óptimas para certificaciones posteriores por parte de las agencias reconocidas.
¿Conseguirá Michelin construir estos neumáticos a tiempo para que la marca continúe en la carrera por el récord?
Michelin enfrenta lo que quizás sea su mayor reto. Puesto que debe contemplar los efectos que una velocidad tan grande tendrá sobre los neumáticos y conseguir la forma de contrarrestarlos. Aunque confía en que tendrá el diseño listo para su fabricación y hacer que Bugatti rompa el récord antes que los demás.
Como conclusión, Bugatti está buscando tener la supremacía del coche más rápido del mundo al superar la velocidad de 500 kilómetros por hora. Para esto ha conseguido una insólita manera y es a través de tener unos neumáticos que sean confiables para esta velocidad.
