Por todos es sabido que la forma más eficiente de transportar grandes volúmenes de mercancía es por vía marítima, de hecho, en la actualidad más del 90 % de los intercambios comerciales entre países costeros, se hace mediante barcos. Pero ahora se está proponiendo cambiar sus máquinas impulsoras por impacto de átomos, algo que hará que los grandes buques cambien en un futuro inmediato y para siempre.
Los buques y sus sistemas propulsores
En el transporte marítimo contemporáneo, los sistemas propulsores de los gigantescos buques comerciales son una pieza clave por lo que constantemente se están presentando innovaciones, pero todas tienen puntos comunes. Entre ellos, el más importante es que usan motores de combustible diésel de gran capacidad por ser muy confiables, sobre todo en largas travesías que requieren de un funcionamiento ininterrumpido.
Siempre se ha buscado que estas máquinas operen con mayor eficiencia, pero al ser el diésel un combustible fósil, se producen como desecho grandes emisiones de gases de efectos muy perjudiciales para la atmosfera entre los que se cuentan el CO2 y los óxidos de azufre. Debido a ello, se ha optado por la implementación de alternativas menos contaminantes.
Un revolucionario sistema de propulsión que no produce emisiones y tiene un alto rendimiento
Se ha creado, en los Estados Unidos, un consorcio de empresas conformado por HD Korea Shipbuilding & Offshore Engineering, dedicada a la construcción de navíos de última generación, Core Power que se especializa en energía atómica y Southern Co que es una empresa del sector servicios, para diseñar y desarrollar buques para la navegación comercial que serían impulsados por energía nuclear.
Por lo que son libres de emisiones, lo que esta en línea con el compromiso asumido por la Organización Marítima Internacional de reducir en un 30 % la producción de gases contaminantes para el año 2030 y llevarla a cero para el 2050 (aunque también se tiene esta otra opción). Estas naves contendrían un reactor fabricado por la empresa TerraPower LLC, quien lo instalara y lo pondrá en servicio. Esta empresa es respaldada por el magnate Bill Gates.
El diseño del reactor en cuestión estaría terminado en 2028 y su construcción en 2029, justo cuando se inician las pruebas de la primera nave. Entre las ventajas que presentan estos barcos, además de no ser contaminantes, es que tendrán mayor capacidad de carga, puesto que no necesitan almacenar combustible, asimismo no se produce la pérdida de tiempo necesaria para repostar.
Por otra parte, los reactores nucleares darán mayor velocidad a estos buques lo que significa tiempos más cortos de entrega. Si bien estos barcos podrían costar el doble o el triple que uno normal, las ventajas bien valen la pena. Por otra parte, como su vida útil se estima en 25 años y estos beneficios hacen que su costo se amortice en unos 10 o 12 años, el gasto de adquisición real al final, es de aproximadamente la mitad.
Pero este sistema de propulsión también presenta un grave problema
El principal obstáculo que tendrían que sortear los buques nucleares, es que las empresas de seguros navieras no les darán el servicio porque el costo por un accidente atómico es muy alto. En este contexto, muy pocos puertos estarían dispuestos a recibir a un buque sin seguro. Este problema se puede resolver creando una compañía multinacional donde varios países estén dispuestos a asumir el riesgo.
En definitiva, un sistema de propulsión atómico para los grandes buques que llevan mercancía sería la solución para la descarbonización de la industria naviera (aunque se dice que otra salida a futuro serían esta clase de barcos). A pesar de que presenta un inconveniente normativo, sus beneficios ambientales, económicos y operativos son indudables y superan los obstáculos.