Los diferentes avances que se han obtenido en las ciencias han generado un cúmulo de conocimientos que permiten entender la explicación de numerosos fenómenos que ocurren en el planeta, así como también fuera de él. Una de las cuestiones en que resulta interesante ahondar es la temperatura, sobre todo cuando rompe las leyes de la física y altera al universo mismo, por medio del «calor absoluto».
Las ciencias brindan respuestas básicas y soluciones prácticas
Las ciencias aplicadas facilitan la vida diaria de los seres humanos porque su finalidad consiste en hallar las soluciones a los diversos problemas que se plantean en los numerosos aspectos que abarcan el bienestar general. Gracias a ellas, se han podido realizar grandes adelantos en áreas tan fundamentales como la medicina, la energética, el transporte y, claro está, también en las nuevas tecnologías informáticas.
Pero es importante recordar que todo ese bagaje de conocimientos no procede directamente de la búsqueda de soluciones prácticas en sí mismas, sino de las ciencias básicas, que se dedican a la investigación con el único objetivo de obtener conocimientos. Un caso interesante se presenta con el estudio de la temperatura que rompe todas las leyes de la física y altera al universo mismo, se trata del «calor absoluto».
Los primeros instantes del universo transcurrieron en calor absoluto
La física es una ciencia cuyos cimientos se han ido transformando en la medida en que las nuevas tecnologías han abierto las puertas a nuevos conocimientos, que en muchas ocasiones resultan muy diferentes a lo que se esperaba. Ese es el caso de la temperatura cuando se encuentra a su máximo nivel, como en los instantes posteriores al Big Bang, donde el calor absoluto altera todas las leyes conocidas de la física.
El calor es una manifestación energética que fluye de manera permanente hacia las zonas más frías, ahora bien, esto es lo que ocurre normalmente en nuestro planeta, y ha sido bien descrito a través de fórmulas y constantes físicas. Otra de sus características es que implica movimiento, es decir, que se mueve partiendo desde un grupo de corpúsculos para llegar a otro que se encuentre en un nivel inferior de calor.
Eso sería lo que se podría observar normalmente en nuestra dimensión terrestre, donde se pueden llegar a obtener hasta 5 billones de grados Celsius en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN. Sin embargo, todo esto cambia en la medida en que, retrocediendo en el tiempo, nos acercamos al momento en que ocurrió el Big Bang (cuando buscamos testigos de la ocurrencia de este fenómeno).
En esos instantes, la materia era un superconcentrado de plasma energético que alcanzaba los 1,42 x 1032 grados Celsius de temperatura, que vendría a ser el máximo calor según Planck. A este nivel de energía térmica absoluta, el espacio y el tiempo se distorsionan totalmente, y el universo pasa a ser algo completamente desconocido cuyas leyes de funcionamiento no tienen nada reconocible para la física que hay actualmente.
La máxima temperatura altera la física universal
Hace poco, era inconcebible la idea de obtener experimentalmente una temperatura igual o superior a los 15 millones de grados Celsius del núcleo solar. Pero el Gran Colisionador de Hadrones lo superó, con sus más de 5 billones de grados Celsius, aunque aún falta mucho para obtener una comprensión física universal acerca de los efectos del calor absoluto, 1,42·10^32 grados Celsius, inmediatamente posteriores al Big Bang.
En conclusión, existe una temperatura que posee la capacidad de alterar las leyes actuales de la física, se trata del calor absoluto, 1,42×1032 grados Celsius, que alcanzó ese superconcentrado energético de materia que era el universo inmediatamente después de Big Bang. A ese nivel, el espacio y el tiempo se distorsionan (por efecto de esto que esta oculto y que podría ser el origen de todo).