China destrozó a Occidente en la carrera del coche eléctrico: Repetirá la estrategia con la tecnología del futuro

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Publicado el: 10 de noviembre de 2025
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China se ha lucido en el mundo de los coches eléctricos, pero su liderazgo no fue suerte, sino fruto de sus grandes estrategias. El país ha demostrado cómo puede dominar una industria global en muy poco tiempo y la clave de su éxito pasado fue un plan secreto, donde usaron el poder del Estado para impulsar a sus empresas de manera masiva, lo que les permitió ofrecer productos mejores y más baratos que el resto del mundo, pero ¿Cómo lograron? ¿Qué más esconde China? Quédate para descubrirlo.

El ambicioso plan de China

La misma estrategia que China usó hace años, ahora quiere usarla para controlar la tecnología más importante que viene, la Inteligencia Artificial (IA). Todo el mundo habla de la IA, pero el obstáculo para que crezca no son los chips, sino su insaciable sed de electricidad. Las computadoras que hacen posible la IA necesitan cada vez más y más energía para funcionar.

Mientras las empresas en Occidente se preocupan por pagar las cuentas de luz y por encontrar dónde conectar sus servidores, este país ha ideado una jugada maestra. El gobierno ha decidido usar su poder para dar un gran descuento a su sector tecnológico. El plan es simple y efectivo: reducir el precio de la electricidad que mueve los centros de datos, dándoles a sus empresas una ventaja de costo que nadie más tiene.

Esa es la estrategia con la que el gigante asiático destrozó a Occidente en los autos eléctricos y que ahora repetirá con la IA: un apoyo estatal en la forma de subsidios energéticos masivos. Al controlar el costo del «combustible digital», China está empujando a sus gigantes tecnológicos a usar los chips que se fabrican en el país y asegurándose el dominio de la tecnología mundial.

Un arma secreta per poderosa

El plan de tiene un porqué inteligente: compensar la debilidad de sus propios chips de IA. Debido a las prohibiciones de Estados Unidos, las empresas chinas deben usar chips hechos en el país. El problema es que estos chips nacionales usan entre un 30% y un 50% más de electricidad que los avanzados chips americanos.

Para solucionar este gasto tan grande, el gobierno ha empezado a dar ayudas que pagan hasta un año completo de los gastos de luz de los centros de datos. En algunas zonas, la luz ya era barata, pero con este subsidio, el precio de la electricidad cae a niveles nunca antes vistos, justo al mismo tiempo que llegan los coches eléctricos más baratos.

El plan es muy astuto, ya que el gobierno da grandes descuentos en la luz solo a los centros de datos que usan chips fabricados en China. Los que sigan usando chips extranjeros se quedan fuera de la ayuda y así, China hace la energía muy barata, impulsa la creación de sus propios chips y se vuelve independiente en tecnología frente a las órdenes de Estados Unidos.

Las regiones que tienen mucha energía barata (como Guizhou o Mongolia Interior) se han vuelto el lugar ideal para los nuevos centros de datos. Allí, empresas como Alibaba están construyendo servidores, aprovechando el bajísimo costo de la luz que da el gobierno. La idea es usar la fuerza del Estado para que sus empresas avancen en la IA más rápido que en cualquier otro lugar.

China supera a Estados Unidos

La forma de actuar de China es muy diferente a la de Estados Unidos. Jefes de empresas gigantes, como el CEO de Microsoft, han advertido que el mayor obstáculo para la IA ya no son los chips, sino la falta de electricidad. Hay muchas empresas en Occidente que tienen chips nuevos, pero no pueden usarlos porque no tienen suficiente luz para conectarlos.

La situación es tan grave que empresas como Google están pensando en construir reactores nucleares solo para alimentar sus futuros servidores. Mientras que Silicon Valley tiene que pagar un precio alto por la luz, China se la da a sus empresas casi regalada. Esta diferencia, nos muestra un país guiado por el gobierno y otro por la competencia, os caminos opuestos para ver quién gana la carrera de la IA.

China está copiando la misma estrategia que le dio la victoria en los coches eléctricos, pero ahora se enfoca en la energía para la Inteligencia Artificial. Al regalar la luz, el gobierno chino impulsa sus chips nacionales y les da a sus empresas una ventaja de costo que nadie más puede igualar. En un momento en que la IA es el futuro, China se asegura de que su cerebro digital tenga un suministro de «combustible» ilimitado y muy barato, demostrando que quien controle el enchufe en esta nueva era, controlará el destino de la tecnología mundial, aunque esta carrera se está saliendo de control.