Cuando Irán e Israel iniciaron sus acciones bélicas, China estaba pendiente de todo su desarrollo. Esto porque posee muchos intereses en la zona por el suministro de la energía negra los cuales podrían verse afectados, por lo que prevén tomar medidas para protegerlas. Una de ellas tiene a todo el mundo en vilo, puesto que se ha detectado que, en secreto, comenzó a desviar petróleo.
El Estrecho de Ormuz: una zona de mucha importancia para el comercio energético
Este es un paso cuyo límite por el norte es con Irán mientras que por el sur lo hace con Omán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), este corredor une el Golfo con el mar Arábigo. Posee una anchura de 50 kilómetros, pero en su tramo más estrecho tiene unos 33 kilómetros. A pesar de su estrechez, tiene una gran profundidad, gracias a lo cual admite la circulación de gigantescos buques y barcos que transportan petróleo.
De hecho, se estima que el 27 % de la energía negra y del GNL pasa por este corredor, siendo China uno de los destinos principales. Pero también países exportadores de petróleo, como Baréin, EAU, Qatar, Arabia Saudi y Kuwait tienen gran dependencia de Ormuz para sus exportaciones. Analistas económicos coinciden en que durante el 2023 circularon por aquí más de 600 000 millones de dólares en hidrocarburos.
El desvío en secreto de los barcos por parte de China
Como reacción al sorpresivo ataque de los Estados Unidos contra la infraestructura nuclear de Irán, el Parlamento de este último país ha propuesto una jugada previsible como lo es el bloqueo del Estrecho de Ormuz. La última palabra la daría el líder supremo de la nación musulmana, pero China ya ha tomado medidas en secreto, comenzando a retrasar o desviar sus barcos petroleros hacia otras rutas.
Y es que, aunque el cierre no se ha concretado, todos los barcos que van por el Golfo Pérsico están en alerta (esto podría significar una oportunidad para España si puede explotar el yacimiento bajo sus islas). El gigante asiático es el socio energético principal de Irán desde el año 2021 cuando ambos países suscribieron un tratado que significa 400 000 millones de dólares en intercambio entre Teherán y Pekín.
Asegurando la preferencia de venta y exportaciones, desde la nación musulmana al país asiático, en productos como gas y petróleo. Por lo que se espera que intervenga como mediador ante Irán para evitar un cierre que resultaría catastrófico para el comercio energético en todo Oriente. En este contexto, es importante citar la publicación de The Wall Street Journal, un importante medio impreso estadounidense.
En la misma se dice que el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha exhortado a todos los países del mundo a colaborar para que las rutas por el Golfo Pérsico permanezcan estables, a la vez que piden intervenir para que prevalezca el diálogo exigiendo un cese al fuego inmediato entre Irán, Estados Unidos e Israel. A pesar de estos llamamientos, la nación asiática ha comenzado en secreto a desviar su energía negra.
¿Qué medidas puede tomar Irán para cerrar el paso por el Estrecho de Ormuz?
Como la extensión de la plataforma marítima que tienen todos los países es de 12 millas náuticas, el trayecto más angosto del paso estaría dentro del territorio de Omán e Irán. La manera más efectiva de cerrarlo sería minando el área y, con sus buques de guerra, lanzar ataques relámpago contra navíos comerciales y tanqueros que se aventuren en su territorio, con excepción de los pertenecientes a sus aliados como China.
Concluyendo, China ya está tomando previsiones en secreto ante un eventual cierre del Estrecho de Ormuz, desviando sus barcos que transportan la energía negra (aunque Rusia podría intervenir en el juego, ya que quiere recuperar su mercado petrolero). Si bien el bloqueo todavía no es una realidad, la sola posibilidad ha servido para producir diversas reacciones en los navíos que cruzan esta ruta.











