China se burla de la Unión Europea y sus fabricantes de coches: Le ruegan ayuda y dan millones

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Publicado el: 19 de febrero de 2025
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La Unión Europea desde hace algunos años emitió algunas normativas que van a favor del cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático que deben cumplir sus países miembros. Los fabricantes de coches europeos ruegan ayuda a China a cambio de millones. Veamos en qué consiste esta solicitud.

Las consecuencias de la normativa de la Unión Europea sobre las emisiones de los coches

La Corporate Average Fuel Economy (CAFE) es una normativa establecida por Europa para optimizar el consumo de combustible y reducir la contaminación atmosférica producida por los coches. La misma está contenida en un conjunto de acuerdos que fueron suscritos en Bruselas.

En concreto, establece que las emisiones permitidas para los coches deben disminuirse de 115,1 gramos de CO2 por kilómetro, que era el máximo permitido, a 93,6 gramos para el año 2030. Luego, a partir del 2035, ya no se comercializarán los vehículos que usen combustión interna.

La estrategia de los grandes fabricantes para sobrevivir con esta norma

En vista de la cercanía de la fecha límite dada por esta legislación, a las grandes marcas de coches europeas no les ha quedado otro remedio que negociar con los fabricantes chinos la compra de los derechos de emisiones de CO2 y es ahí cuando China se burla de la Unión Europea por la imposición de aranceles a sus productos.

Esto porque algunos de los grandes fabricantes chinos como lo es BYD solo ensamblan y venden, en Europa, automóviles que son 100 % eléctricos con lo que cumplen con creces con esta norma (además de que se han consolidado en el mercado europeo ocupando el segundo lugar en ventas de eléctricos detrás de Tesla).

Al tener este sobrecumplimiento pueden vender estos derechos de emisiones de CO2 a las compañías que tengan una menor gama y ventas de vehículos eléctricos y así reducir sus promedios en conjunto. Estos acuerdos les harán ahorrarse muchos millones de euros por concepto de multas y cierres de plantas.

Ya que los que no cumplan serán sancionados con 95 euros por cada gramo adicional y automóvil que hayan vendido en estas condiciones. Así que, por ejemplo, si el vehículo de un fabricante determinado emite 103,6 gramos por kilómetro de CO2 y vende un millón de unidades deberá pagar 950 millones de euros de multa.

De modo que la cantidad invertida por las marcas europeas en estas compras de derechos de emisiones de CO2 a los fabricantes chinos siempre será menor que la que pagarían en sanciones por incumplimiento. Y aquí está el motivo de burla de China hacia la Unión Europea por el pago de aranceles.

Por los coches eléctricos chinos comercializados Europa ya que estarían devolviendo ese pago hasta con “intereses”. Respecto a lo que se pagaría por multas si no se hacen estos acuerdos, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha hecho un estimado que no es nada halagüeño para el sector.

Puesto que en su informe dice que hay en juego, aproximadamente, 15 000 millones que se deben pagar en sanciones por incumplimiento, Y esto sin contar con las consecuencias del cierre de ocho plantas debido a la disminución de la matriculación de máquinas a combustión.

Tesla: un actor inesperado para Europa y China

La gigante norteamericana fabricante de coches eléctricos también se abre al negocio de la venta de los derechos de emisiones de CO2 por lo que haría competencia a las marcas chinas en cuanto a precios. Así que los fabricantes europeos serían los que saldrían ganando con esta inesperada irrupción.

En conclusión, China se burla de los aranceles impuestos por la Unión Europea a sus coches eléctricos con la venta de derechos de emisiones de CO2 que es producto de su misma normativa pero Tesla irrumpe en el panorama (a pesar de que se ha descubierto la trama del CO2).