La humanidad está en la permanente búsqueda de fuentes de energía renovables que no sean contaminantes, sobre todo para el sector de la movilidad. La posibilidad de un coche que tenga una autonomía superlarga es el Santo Grial tecnológico, no solo de los usuarios, sino de las diferentes marcas de automóviles. Te presentamos el automóvil que puede andar 100 años sin repostar combustible.
Un coche con propulsión nuclear: un concepto revolucionario
Cuando hablamos de energía nuclear, nos imaginamos las grandes centrales que contienen reactores de amplia capacidad cuyo combustible atómico es el uranio que les puede dar la cantidad de potencia que necesitan. El problema es que este es un elemento químico que es escaso en la naturaleza y es muy radiactivo, por lo que, una vez usado, presenta un nivel de esa propiedad muy alto.
Tiene una vida media activa muy alta, se habla de cientos de años y es muy contaminante. Lo peor es que sus efectos no se notan hasta cuando es muy tarde. Hay un elemento que puede sustituirlo, llamado torio con el que se ha pensado que se podría utilizar como combustible para darle a un coche más de un millón de kilómetros de autonomía (aunque hasta ahora solo China lo ha investigado y planea usarlo).
Una autonomía superlarga de 100 años
En el año 2011, una compañía con sede en los Estados Unidos cuyo nombre era Laser Power Systems, anunció que estaba en el proceso de diseño y posterior construcción de un ingenio que serviría para impulsar un coche eléctrico alimentado con energía nuclear procedente de láseres de torio. Este último es un material radiactivo que tiene alta densidad energética que daría una autonomía de más de 100 años.
Ya que un gramo equivale a unos 28 000 litros de gasolina. Es más abundante en la naturaleza que el uranio, en proporción de unas tres o cuatro veces. Este sistema estaría bajo el capó de un vehículo llamado Cadillac WTF, que es un diseño creado para la celebración del centenario de Cadillac, pero que no estaba soportado técnicamente. El principio era que se le instalaría un reactor nuclear que funcionaría con torio.
El calor generado produciría vapor en un depósito de agua, el mismo era formado utilizando pulsos láser. Con este vapor se activarían unas miniturbinas que cargarían las baterías recargables del vehículo, que alimentarían los dos motores eléctricos y así darle potencia para moverlo. El reactor en cuestión tendría una capacidad de 250 kW con un peso de tan solo 227 kg y sería muy compacto.
Iría dentro de una caja de plomo o hierro cuyas paredes medirían 7,6 cm de grosor para proteger a las personas que se acercaran a él y no generaría residuos radiactivos que fueran peligrosos. De acuerdo al fabricante, el exceso de la electricidad generada por el sistema podía ser utilizado para alimentar las casas o para energizar equipos que tuvieran baterías. Obviamente, este coche nunca se construyó.
¿Por qué el automóvil nuclear impulsado con torio no es viable?
Aunque el torio puede dar mucha más energía que los combustibles convencionales fósiles, lo que hace que se requiera en cantidades mínimas, su implantación práctica bajo el capó de un coche, por su condición de radioactividad exige medidas de seguridad muy extremas, por lo que es un verdadero reto tecnológico. Para comenzar, está la necesaria miniaturización de un reactor nuclear y todos sus componentes.
En conclusión, hace más de 13 años se ha presentado un coche nuclear (de hecho, en los años 50 y 60 ya se estaban dando los primeros pasos en la creación de este concepto) el cual tendría una increíble autonomía de más de un millón de kilómetros, lo que equivale a unos 100 años de rodar sin necesidad de recargar combustible. Sin embargo, nunca se construyó por impedimentos de origen técnico.