La transición energética comienza por la búsqueda de fuentes que sean renovables y no contaminantes, esto es aplicable al sector de la movilidad que es uno de los que más genera gases de efecto invernadero. La solución ha sido la electrificación, puesto que no produce emisiones y es sostenible. Sin embargo, estos coches del futuro generan un gran problema como este que comenzó este 2025. Veamos esto más de cerca.
Los coches eléctricos: el futuro para la transición energética
Los vehículos 100 % eléctricos equipan un motor que funciona con esta energía la que obtiene de una batería recargable de gran capacidad que le da una autonomía definida, todos sus sistemas operan con este combustible y entre sus ventajas esta que no es contaminante porque no produce emisiones de gases de efecto invernadero, es descarbonizante y amigable con el medio ambiente.
Por otra parte, estos coches no generan contaminación acústica, ya que son totalmente silenciosos con una eficiencia de hasta el 90 %. Su mantenimiento es mínimo y su reparación es muy sencilla puesto que posee muy pocas partes móviles. Pero, aún presenta algunos obstáculos que deben superar como que su precio es muy superior a los de combustión interna y a qué hacer con las baterías cuando finalizan su vida útil.
El problema ambiental de los automóviles eléctricos retirados de circulación
En este 2025, solo en los Estados Unidos, 100 000 coches de tecnología eléctrica serán retirados de las calles por fin de vida útil lo que significa que pasan a la etapa de desguazado. Pero con esto, se deja un masivo problema al planeta sobre todo en lo referente a la gran cantidad de baterías de todo tipo que quedan, puesto que como bien sabemos, están hechas con componentes que son muy contaminantes.
No obstante, estos elementos todavía pueden ser útiles antes de enviarlos a los lugares de reciclaje que, por cierto, es poco lo que recuperan en material útil y es un proceso que es muy contaminante (aunque hay métodos que son ecológicos como este que propone el Reino Unido). Esto a pesar de tener muchos años de uso y de haber perdido gran parte de su capacidad de reserva.
Sin embargo, aún conservan alrededor del 50 % de sus propiedades lo cual es aprovechado por compañías para darles una “segunda vida” puesto que, a partir de ellas, se construyen los llamados “sistemas estacionarios” que son bancos de baterías de gran capacidad que son utilizados en aplicaciones de descarga lenta pero con corrientes muy altas, que se recargan con equipos rectificadores.
De esta manera se extiende la vida útil de las baterías de los coches eléctricos, minimizando la producción de los contaminantes residuos de estos componentes llevando a la vez mayor seguridad a sistemas que dependen de un suministro eléctrico constante porque representan un almacenamiento energético de gran eficiencia. Lo mejor es que el bloque resultante es muy barato y puede durar muchos años.
Las aplicaciones de estos bancos de baterías estacionarios
La principal aplicación de estos componentes de los coches eléctricos fuera de uso, es como sistemas de respaldo de energía donde la demanda es de alto volumen como centros de servidores y datos para el entrenamiento de la Inteligencia Artificial, centrales de telecomunicaciones, mecanismos de arranque de los motores de barcos y un largo etcétera.
En conclusión, en Estados Unidos durante este 2025 se estima que saldrán de servicio unos 100 000 coches del futuro para un medio ambiente más limpio (aunque Elon Musk se está contradiciendo en este punto, puesto que está denunciado por asfixiar a una comunidad). Pero sus baterías están siendo aprovechadas por empresas que fabrican con ellas sistemas estacionarios de respaldo de gran utilidad.