El actual territorio español es el producto de la integración de una serie de reinos autónomos que heredaron un gran poder e influencia del extinto Imperio Romano. Como tal, no es de sorprender que, entre sus actuales Comunidades Autónomas, exista algún conflicto por resolver que, según parece, podría llevar a la independencia de una importante región española.
Castilla y León: un conflicto sin resolver
Históricamente, España ha estado conformada por una serie de regiones que, durante la dictadura de Franco, fueron integradas por la fuerza bajo un gobierno centralista que administraba todo desde la capital. Tras la caída del régimen, se configuraron las 17 Comunidades Autónomas que existen en la actualidad basándose en las provincias que conformaban cada región.
Las autonomías se concedieron en función de la identidad común de cada uno de los territorios teniendo en cuenta los reinos que dieron origen a esta configuración de límites. Sin embargo, a pesar de la rica historia del reino de León, y siendo incluso anterior a la formación de Castilla, ambas regiones fueron establecidas como una única comunidad autónoma.
Desde la aprobación e la lista de Comunidades Autónomas españolas, Castilla y León han mantenido un conflicto sin resolver hasta hoy por la autonomía de cada una. Puntualmente, es la provincia de León la que más reclama su independencia. Este reclamo, que mantienen desde 1983, ha cobrado hoy mayor fuerza que nunca en lo que ha venido a llamarse el «Lexit».
León podría independizarse
El reino de León se consolidó en 910, cuando la corte de Asturias de mudó de Oviedo a León. La región poseía importantes recursos mineros que impulsaron rápidamente el crecimiento del reino leonés. Posteriormente se formó el reino de castilla, que para 1230 absorbió el territorio vecino, formando el reino de Castilla y León, lo cual generó el conflicto sin resolver que persiste hasta la actualidad.
Cuando se sancionó la lista de Comunidades Autónomas, más de 90000 personas tomaron las calles en señal de protesta, rechazando el voto a favor de sus representantes, que dieron la espalda a su electorado. La razón fue la preocupación de una unificación entre León y Asturias, provincia que hoy podría contar con 30000 kilos de oro encontrado recientemente, y habría dado gran poder a la izquierda.
En los 80, estas dos regiones poseían una pujante industria minera y gobiernos de izquierda que ganaban la mayoría de las votaciones. Esta fue la razón de que los dirigentes tanto del PSOE como del UCD, que en principio habían votado por la independencia de León, dieran marcha atrás y terminaran aceptando la integración con Castilla.
Las razones del «Lexit»
Tras la integración forzosa de Castilla y León y ya sin el apoyo de la industria minera, las provincias leonesas han sido las más castigadas en el ámbito económico. En la actualidad, la región ha mostrado indicadores de desarrollo económico y demográfico para nada alentadores, con un crecimiento muy por debajo del promedio general de España.
Este miércoles la Diputación de León ha aprobado la moción para la independencia de la región leonesa, con sólidos argumentos que atribuyen su postergado desarrollo a los obstáculos que supone la dependencia de Castilla.
La región noroeste de España, donde se encuentran las provincias en conflicto, han quedado relegadas de la red que comunica a las provincias con la capital y desde allí con el resto de los estados miembros de la Unión Europea. Se trata de un complejo conflicto sin resolver que podría llevar al «Lexit», que se viene postergando desde hace demasiado tiempo.
¿España pierde esta región?
La realidad española ha cambiado mucho desde el inicio de este largo conflicto sin resolver que lleva ya tres décadas. Mientras que para miles de ciudadanos el «Lexit» es la única manera de recuperar la decaída región, otro sector se muestra preocupado ante la falta del apoyo castellano. España ha perdido una isla que antes tuvo gran importancia, y se teme que León pueda correr el mismo destino.
