Desde los inicios de la civilización, la humanidad ha mostrado un gran interés acerca del cielo y sus diversos componentes. Esta atracción ha unido a numerosos científicos, entre ellos astrofísicos, astrónomos y cosmólogos, que han sumado sus saberes para conocer más a fondo el universo. Y a pesar de ello, algunos elementos se mantenían ocultos, tal como lo muestra el descubrimiento reciente de algo que nadie había visto hasta ahora. Se trata de un elemento que llevaba décadas orbitando la Tierra silenciosamente.
La astronomía sigue revelando secretos cercanos a la Tierra
La astronomía es la ciencia más antigua, ha sido la compañera constante de los seres humanos desde hace miles de años. Así que su recorrido para llegar hasta el desarrollo de instrumentos tan sofisticados como el telescopio espacial James Webb ha sido muy prolongado. Y aunque es mucho lo que se ha aprendido durante todos estos siglos, el universo todavía guarda muchos secretos que esperan su turno para ser revelados.
Así que es un hecho que habitualmente seguiremos siendo testigos de diversos descubrimientos acerca del cosmos, incluso sin necesidad de remontarse a lugares remotos del espacio. Tal como lo demuestra la detección de un cuerpo, que llevaba décadas orbitando la Tierra de forma silenciosa. Y algo que resulta muy sorprendente es que, aun cuando estaba tan cerca, no había sido visto por nadie hasta ahora.
Se logra ver luego de varias décadas
El desarrollo de las nuevas tecnologías ha permitido la creación de diversos instrumentos para el estudio del cosmos. Así que ya es normal el hallazgo de nuevos elementos constantemente, sin embargo, sí resulta sorprendente encontrar algo muy cercano. Se trata de un cuerpo considerado como una cuasi-luna, la 2025 PN7. Esta ha estado orbitando la Tierra durante unos 60 años, pero apenas fue visto el pasado 2 de agosto.
Este descubrimiento fue realizado por unos científicos españoles, con el telescopio Pan-STARRS 1 de Hawái. Había permanecido oculta debido a sus pequeñas dimensiones de tan solo unos 18 metros de amplitud, y porque su brillo es muy tenue, invisible para el ojo humano como estos asteroides que también se escondían. Pero al parecer no será un elemento fijo, sino que se mantendrá alrededor de nuestro planeta durante otros 60 aproximadamente, y luego seguirá su camino.
Pues, aunque está girando cerca de la Tierra, su campo gravitacional no depende de esta, sino del sol. Porque en realidad, pertenece a un cinturón de asteroides secundario conocido como Arjuna, por lo cual su cercanía a nuestro planeta es solo temporal. Así que los astrónomos tendrán que aprovechar al máximo el tiempo de permanencia de la cuasi-luna 2025 PN7, para estudiarla a fondo y obtener la mayor información posible.
La cuasi-luna 2025 PN7 no es la única
Gracias al progreso logrado con los telescopios, recientemente se pudo observar la presencia de un asteroide que recibió la denominación 2025 PN7. Pues además de sus pequeñas dimensiones, su brillo apenas alcanza una magnitud 26, que lo hace invisible al ojo humano. Y adicionalmente a esto, las ventanas atmosféricas terrestres resultan casi totalmente adversas, de forma que no resulta extraño que apenas se haya visto ahora.
De manera que quienes estén interesados en observar directamente a esta cuasi-luna, tendrán que hacerlo desde un telescopio muy potente. Por otra parte, la 2025 PN7 no es la única que parece estar orbitando la Tierra, pues actualmente se sabe de otras 7 que también lo están haciendo. E igualmente, todas ellas pertenecen al cinturón de asteroides secundario Arjuna, de manera que su presencia solo será transitoria.
Concluyendo, el descubrimiento de la cuasi-luna 2025 PN7, que había pasado desapercibida durante varias décadas, abre las puertas a múltiples posibilidades. Pues, de la misma forma que esta permaneció oculta, aunque ya se contaba con tantos telescopios de alta potencia, es probable que muchos otros asteroides estén orbitando la Tierra. Este hallazgo puede abrir el camino para el inicio de una nueva línea de investigación dedicada al estudio del espacio circundante. Porque cualquiera de esos muchos objetos escondidos podría crear otro eclipse que nos suma en tinieblas.