El poder predecir el futuro es un sueño al que siempre ha aspirado el hombre desde la antigüedad. Este se pone en manifiesto con los llamados pitonisos siendo el más famoso el “Oráculo de Delfos” en Grecia con el que reyes y la nobleza consultaban lo que les deparaba el destino. Pero modernamente se ha hecho un descubrimiento que es, cuando menos, inquietante y es que todos podemos ver el futuro. Veamos cómo es esto.
Los resultados de un experimento científico con ratones
Un grupo internacional de científicos experimentó con ratones una forma de entrenamiento que consistió en que pasaran por cuatro puntos donde encontrarían una recompensa. Los investigadores notaron que los pequeños roedores se anticipaban a cada paso aun cuando los puestos variaban de posición. Esta conducta no se debía a la memoria, por cuanto no habían realizado antes este recorrido.
Posteriormente, se hizo el descubrimiento de unas neuronas en el cerebro llamadas “de progreso hacia el objetivo”, las cuales son activadas mientras el animal avanza siguiendo una línea de conducta, es decir, que mapea una tarea mientras se lleva a cabo en forma paralela un rastreo al lugar donde se desenvuelve el individuo. Este estudio se llama “Una base celular para mapear la estructura del comportamiento”, y esta publicado en Nature.
Interpolando este descubrimiento con el cerebro humano
Este descubrimiento ha permitido aprender sobre la capacidad de predecir el futuro que podría tener el cerebro humano, ya que muestra como el mismo puede simular el avance de una acción relacionándola con sitios desconocidos. De esta manera puede predecir situaciones nuevas usando para ello experiencias previas que le permiten una adaptación flexible en contextos que sean diferentes.
Por lo que sería una codificación interna similar al caso de que se deba improvisar un procedimiento de cocina sin tener una receta exacta que nos dé las proporciones (algo parecido al método que se seguiría para borrar los malos recuerdos como el desamor). La existencia en el cerebro humano de estas células de progreso hacia el objetivo daría un conocimiento sobre las capacidades complejas a nivel cognitivo.
Entre ellas estarían la inferencia, la imaginación y la planificación, las que pueden ser aplicadas en la creación de un tipo de inteligencia artificial que sea más avanzada que las actuales puesto que podría aprender de forma más rápida y flexible por la generalización de tareas, de manera semejante a como lo hace la mente humana. Por otra parte, se tiene que este procedimiento es viable en otras situaciones.
Ya que la codificación neuronal sigue operativa durante la etapa del sueño. Esto significa que el cerebro, en su parte inconsciente, consolida y procesa estas conductas y experiencias en los momentos de descanso lo que resuelve la incógnita sobre si el cerebro se mantiene activo en esta fase. De forma que el gran descubrimiento es que se pueden anticipar algunas situaciones, aunque no se puede llamar “ver el futuro” si es una manera de predicción.
Las implicaciones más importantes de este hallazgo en las personas
Este descubrimiento es de gran importancia para la disciplina de las neurociencias cognitivas y para poder entender algunos padecimientos mentales asociados con la planeación, ejecución y modificación de conductas que sean medianamente complejas. Entre ellos podemos contar cierto tipo de trastornos obsesivos y niveles de autismo. Aunque no demuestra nuestra capacidad de poder predecir el futuro.
Para finalizar, este inquietante descubrimiento ha permitido tener mayor conocimiento sobre las capacidades que tiene nuestro cerebro para anticipar ciertas acciones (de hecho, se puede entrenar como se hace con los Neurofitness). Por otra parte, será muy útil para tratar algunos trastornos específicos que están dentro del área de las neurociencias cognitivas, como varias formas de autismo.