La naturaleza siempre nos sorprende, bien sea con fenómenos los cuales aparecen cuando menos se les espera o con propiedades de los materiales que se consiguen en ella, y pueden ser a lo menos impactantes. Pero hay un efecto que pareciera que cuanto más lo investigamos, menos sabemos de él, aunque conocemos sus efectos y tenemos teorías sobre su composición y generación, no hemos sabido cómo comprobar ninguna de ellas. Este es la electricidad. Como ejemplo tenemos el descubrimiento del siglo: se puede obtener a partir de agua endurecida.
Lo que sabemos de la generación de la electricidad
La electricidad puede obtenerse de diversas fuentes, la más conocida es la que utiliza un generador eléctrico que produce la del tipo alterna, también está la que se obtiene por procesos químicos, que es la continua, la cual se puede almacenar en baterías para usos posteriores. Asimismo, conocemos sus efectos, los cuales podemos disfrutar todos los días, tanto en el hogar, comercio y la industria.
Como no se puede ver, no podemos definirla con precisión a pesar de que la usamos diariamente, y eso que es un fenómeno natural. Claro que se explica como un flujo de electrones, pero… nadie ha visto un electrón, por lo que el concepto se ha conseguido usando medios indirectos. Por esta incertidumbre es que tenemos la certeza de que la misma se puede generar con distintos materiales de la naturaleza y en esto se basa un gran descubrimiento.
Se ha hecho un gran descubrimiento: generación de electricidad a partir de agua endurecida
Un grupo internacional de investigadores pertenecientes a la Universidad Jiaotong de Xi’an de China, el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad Autónoma de Barcelona en España y la Universidad de Stony Brook que se encuentra en los Estados Unidos, ha realizado el mayor descubrimiento del siglo. El mismo consiste en que el hielo tiene la propiedad de generar electricidad.
Y no es un material especial, sino el común que se consigue en los glaciares, altas montañas, en los polos e incluso en los congeladores domésticos, un hallazgo tan relevante como el que hizo España con la “minería renovable” por su sencillez e importancia. Este atributo de generar energía se da gracias a una propiedad llamada flexoelectricidad que aparece cuando el hielo es doblado de forma irregular y heterogénea.
A pesar de que este descubrimiento se considera el más importante de los últimos años, la flexoelectricidad no era desconocida, es más, nuestros huesos tienen este atributo naturalmente, sin embargo, lo que se ignoraba era que el hielo también pudiera generar energía de esta forma. Se comprobó que, si podemos doblar el que se forma en nuestros congeladores, también podremos obtener electricidad, aunque en pequeñas cantidades.
La importancia de este hallazgo científico
Con la actual crisis energética tocándonos la puerta, hay muchos investigadores que están en la búsqueda de fuentes de electricidad que sean no convencionales pero que a la vez la produzcan de una manera limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero, sostenible y económica. Esto porque los métodos tradicionales usados actualmente resultan ser caros y tienen el problema de la estacionalidad.
Al utilizar el hielo como generador de electricidad, se obtienen muchas ventajas, ya que es un material que es muy abundante en la Tierra además de que, de ser necesario, podríamos fabricarlo con máquinas muy simples, aunque está claro que para obtener más electricidad debe poseer muy bajas temperaturas por lo que es un gran descubrimiento. Aunque esta investigación se encuentra en sus fases iniciales, es muy prometedora para aplicaciones futuras.
En conclusión, recientemente se ha hecho el descubrimiento del siglo al hallar que cuando el agua se endurece y forma hielo, tiene la capacidad de generar electricidad; así como el sonido también puede ayudarnos en este sentido y puede producir grandes cantidades. Pero lo mejor es que el material utilizado es el que se consigue en todos lados, hasta en nuestros congeladores lo podemos fabricar, siempre y cuando lo podamos doblar para aprovechar la flexoelectricidad abriendo un gran abanico de posibilidades. Esta es una propiedad que también tienen nuestros huesos.