El avance de la tecnología es impactante, sobre todo en lo que se refiere a autómatas a control remoto y a aquellos que son autónomos, a pesar de que esta última tecnología aún está en estado de investigación y perfeccionamiento. Sin embargo, como sea que son controlados, significan una ayuda muy valiosa especialmente en entornos peligrosos y difíciles para los humanos. Como ejemplo te mostramos este caso donde se utilizan drones para llevar a cabo una misión muy importante a una altura de 6000 metros en el Everest. Veamos cómo es esto.
Los drones: un dispositivo que tiene múltiples usos
Los drones consisten en pequeñas naves conformadas por motores eléctricos, las cuales vuelan con gran velocidad y precisión gracias a que poseen sensores de diversos parámetros y que pueden ser controladas por vía remota o, en el caso de las más avanzadas, ser autónomas. Debido a estas características, son utilizados para tareas peligrosas o que aligeren el esfuerzo físico de las personas.
Entre su empleo más destacado está el de operaciones de búsqueda y rescate, atender emergencias y evaluación de zonas con desastres naturales. Asimismo, en la actualidad son utilizados en labores ambientales como detección y apagado de pequeños incendios, limpieza, toma de fotografías aéreas, etc. Asimismo, en ejércitos de todo el mundo están siendo usados como dispositivos de vigilancia.
Una importante misión que tienen estos equipos en el Everest a una altitud de 6000 metros
La empresa de servicios con sede en Nepal, Airlift Ventures, ha dado una solución innovadora al problema de limpieza del Everest al utilizar drones para realizar esta actividad. Para ello, cada uno de estos vehículos es capaz de llevar hasta 15 kilogramos de desechos desde el Campamento 1, pueden volar aun con vientos de hasta 40 kilómetros por hora y con una temperatura de -20 grados.
Esta nave aérea (que ya es utilizada por el ejército más poderoso del planeta con un uso terrestre) es de clase industrial y se le denomina DJI FlyCart 30. Los mismos son una útil herramienta para la recogida de los desechos dejados por los más de 600 escaladores que llegan anualmente para conquistar la cima del Everest, la más alta del mundo, ya que se ha calculado que cada uno de ellos deja en promedio unos ocho kilogramos de desechos.
Por lo que cada año se suman unas 4,8 a cinco toneladas de basura, como son latas y envoltorios de comida y bebida, bombonas de oxígeno y hasta heces fecales. De hecho, solo en el año pasado el personal de Sherpas y el gobierno de Nepal recogieron más de 10 toneladas entre restos humanos y residuos dejados en las diferentes rutas de ascenso y descenso, en los campamentos y en la propia cima.
Con los drones se ha logrado recortar el tiempo necesario para el traslado de la basura, ya que lo que bajan 10 personas durante seis horas, una de estas aeronaves lo llevan en solo 10 minutos, esto según lo informado por el Comité de Control de la Contaminación de Sagarmatha. Igualmente, reducen la carga física que deben realizar las personas de limpieza.
¿Qué hace Nepal para tratar de evitar este problema?
A partir de una campaña gubernamental de limpieza realizada en 2019, se decidió que a cada escalador para permitirle el ascenso, se le exigiera un depósito de 4000 dólares que se le devolverían al bajar y comprobarse que trajo consigo una cantidad de desechos equivalente a 8 kilogramos. Pero lo económico no siempre funciona, puesto que hay personas que prefieren perder el depósito, por lo que los drones seguirán siendo la solución.
Concluyendo, hace poco Nepal comenzó a utilizar drones en la cima del monte Everest, que se encuentra a 6000 metros de altitud (algo así como los que utilizan los Estados Unidos para conquistar a Europa). Su misión es muy importante, ya que limpiarán el glaciar de casi cinco toneladas de basura y heces fecales que dejan los escaladores y turistas cada año. Aunque Nepal coloco a los escaladores una cuota reembolsable de 4000 dólares para ascender, así y todo no han podido controlar este flagelo que afecta al ambiente.