El consumo sostenible y concienciado con el medioambiente es algo que todos tenemos en mente, ¿no es tu caso? Obviamente, debemos estar dispuestos a hacer algún sacrificio —ya has visto que la Unión Europea ha acabado con la garantía de los electrodomésticos—. Pero ¿has oído la moda de ducharse en seco? Lo hicimos hace cien años, y ahora ha vuelto para que todos nos acostumbremos.
Ducharse en seco: una tendencia que vuelve después de un siglo
El jabón sólido para duchar está resurgiendo con fuerza como alternativa ecológica al gel de baño y champú líquido convencional. Esta moda no es realmente nueva, ya que el jabón en barra fue el producto estándar para el aseo personal durante generaciones.
Sin embargo, en las últimas décadas fue desplazado por las presentaciones líquidas empaquetadas en plástico. Ahora, en medio de una creciente preocupación por el impacto ambiental de los plásticos de un solo uso, muchos consumidores están regresando a esta opción más sostenible como es ducharse en seco.
Se trata de una tendencia impulsada tanto por razones ecológicas como por el ahorro económico que ofrece. Y es que usar jabón sólido reduce significativamente la cantidad de envases plásticos que terminan contaminando el planeta. Además, estos productos concentrados suelen durar mucho más que sus contrapartes líquidas.
Lo has visto en redes y te suena moderno, pero es completamente antiguo
El uso de jabón sólido para ducharse no es en absoluto un concepto nuevo. De hecho, es la forma original en la que los humanos nos limpiábamos antes de la invención de geles y champús líquidos. ¿No lo habías visto hasta ahora en las redes sociales? Pues lo que era aesthetic, es más antiguo de lo que te imaginas.
Esta moda de ducharse en seco se remonta a la antigüedad. Se han encontrado restos de jabón sólido de aceite de oliva ya en el año 2800 a.C. en la antigua Babilonia. En Egipto también hay constancia del uso de jabones sólidos hacia el 2500 a.C.
Estos primeros jabones se elaboraban a partir de aceites vegetales como el de oliva, palma o coco. Fueron clave para ducharse en seco cuando hacía falta (es decir, minimizando el consumo de agua).
A lo largo de la historia, el jabón sólido se popularizó como método de higiene personal en distintas civilizaciones. En la época del Imperio Romano, las termas solían ofrecer jabones sólidos perfumados para que los bañistas se limpiaran, y en la Edad Media se usaban los jabones de Castilla.
Una moda que vuelve para beneficiar al planeta: así lo está haciendo
El uso de jabón seco y sólido en lugar de gel de ducha líquido tiene claros beneficios al ducharse en seco. Al evitar los envases de plástico, se reduce significativamente la cantidad de residuos y contaminación generada. La mayoría de geles de ducha vienen en botellas de plástico que tardan cientos de años en degradarse.
En cambio, el jabón sólido no requiere ningún envase, solo se envuelve en papel. Además, al concentrar el producto en una pastilla sólida en vez de líquida, se minimiza el volumen y peso que transportar. Esto se traduce en menos emisiones contaminantes derivadas del transporte.
Como te imaginarás, la opción del jabón sólido es mucho más ecológica y sostenible, ya que prácticamente elimina los residuos de plástico y reduce la huella de carbono. Son pasos pequeños pero importantes para cuidar del planeta y que están suponiendo una enorme fuente de negocio.
Una vez más, conocemos tendencias que levantan algo de escepticismo —al menos, hasta que nos vayamos acostumbrando—. Imagínate las ventajas de ducharse en seco, aunque solo sea por reducir el consumo de nuestro bien más preciado, que se lo digan a Cataluña o Andalucía. ¿Quieres una propuesta todavía mejor? Esta es la sombrilla que va a producir electricidad y agua potable en tu casa.
