La construcción de infraestructuras es, quizás, el sector productivo donde se hacen mayor número de innovaciones. Una de las razones de este fenómeno es que resultan muy importantes tanto para poder vivir como para las diferentes actividades cotidianas, como el transporte, sitios de trabajo, industrias, etc. En este contexto, te traemos el invento del siglo que hará que los edificios se autorreparen.
El hormigón: un invento muy utilizado en la construcción
También conocido como concreto, es uno de los componentes más utilizados, por la arquitectura e ingeniería civil, en el mundo de la construcción por sus atributos de resistencia y versatilidad. Se fabrica por una combinación de grava, cemento, arena y agua, resultando en una sustancia que es moldeable y adaptable a cualquier forma. Una vez secado, se transforma en un bloque que es muy duro y sólido.
Pero presenta poca resistencia a la tracción, por lo que surgen grietas en su superficie motivadas por el esfuerzo propio de la estructura y al tiempo. Asimismo, en las áreas de climas muy fríos, el agua entra en los poros y, al congelarse, se expande creando fisuras muy pequeñas por lo que a medida que estos ciclos se repiten las mismas se van haciendo más grandes. Estas grietas disminuyen la vida útil de la estructura por lo que es necesario un invento.
La solución para las grietas destructivas en el hormigón
Un grupo de científicos de la Texas A&M University ha creado un invento revolucionario: el desarrollo de una clase de concreto que se autorrepara por sí mismo usando un método que no requiere la intervención humana ni la inyección de elementos adicionales. El mismo se basa en agregar cierto tipo de líquenes sintéticos, que son diseñados y elaborados en forma artificial aunque son biológicos.
Los líquenes están conformados por hongos filamentosos que forman carbonato de calcio que es un material muy resistente, igual del que están hechos los corales y conchas marinas a la vez que atrae grandes cantidades de calcio ionizado. Este elemento se combina con cianobacterias, el que permite la captura del nitrógeno y dióxido de carbono directamente del aire de manera continua.
El carbonato de calcio es una especie de pegamento natural que al secarse es muy duro el cual rellena y sella las grietas a medida que van apareciendo (este hormigón es similar a este que también es aislante térmico y que seguramente le hará la competencia). De hecho, esta forma de actuación se inspira en el material usado en las antiguas construcciones romanas que han llegado hasta nuestros días.
Este invento ofrece múltiples ventajas como la disminución de la necesidad de uso de cemento para realizar reparaciones y mantenimiento de infraestructuras, lo que conlleva un gran ahorro e incrementa la vida útil de las construcciones. Este tipo de liquen solo necesita alimentarse de nutrientes que contiene el aire y la luz del sol, puesto que es heterotrófico y fototrófico.
Sus aplicaciones y usos potenciales
Además de que el invento puede ser usado en edificaciones residenciales, comerciales e industriales para reducir las necesidades de reparación e incrementar su durabilidad, por su propiedad de autorreparación, también es buena idea emplearlo en aquellas estructuras que sean de acceso difícil. Entre ellas se cuentan parques fotovoltaicos y eólicos externos, túneles, puentes y áreas de alta contaminación.
Concluyendo, este invento del siglo hará que los edificios se autorreparen incrementando su durabilidad (aunque para construcciones más sencillas también se puede utilizar este material que secuestra el CO2). Este tipo de hormigón incorpora líquenes artificiales que están compuestos de materiales biológicos por lo que no necesitan de intervención humana para rellenar y sellar grietas en el concreto.