Las teorías que sustentan las bases y metas para detener el cambio, hoy se encuentran en una estrecha tensión. Una noticia ha tomado estado público en la ciudad de La Robla que publica que una compañía ha solicitado un permiso para la extracción de 6000 millones de litros de agua de un embalse para la creación de energía sostenible es más que discutible.
La utilización de recursos renovables para generar combustible verde
Esta es la cuestión, como diría Hamlet de Shakespeare. ¿Cuánta energía renovable se precisa para generar otras tantas y combustibles sostenibles? ¿Cómo se mide el éxito de una energía cuando se abusa del consumo de otra para su creación? La paradoja sigue abierta.
En el periódico de La Robla de León se publicó un informe de una solicitud de la compañía Roblum a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para la extracción de 6000 millones de litros al año que servirán para la creación de dos plantas de generación de energía renovable.
Asimismo, informan más detalles de las nuevas plantas a instalar en el área de El Crispín de esa localidad. Una de ellas se ocupará de generar electricidad por biomasa, y la segunda para metanol e hidrógeno verde que, además, consumirá dióxido de carbono.
Esta noticia ha impactado fuertemente en la sociedad y es hoy una discusión obligatoria entre las autoridades, los privados y hasta en las mesas de bares. Y es que todos nos sentimos responsables de cuidar el planeta, y los límites del bien y del mal aquí están vulnerables.
Datos científicos para aportar a la discusión
Existen informes y evaluaciones científicas que aportan cifras del consumo de agua por sector energético que respaldan una teoría, como otras que ponen en jaque el exceso de consumo de un recurso para la generación de otro y subrayan la importancia del valor resultante.
Parafraseando a Maquiavelo, casi en la misma época de Hamlet quien afirmaba que el fin justifica los medios, en este caso la frase es por lo menos más que discutible y es materia urgente a resolver por las autoridades competentes.
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el sector energético gasta 55 000 millones de m3 agua por año. Solo para fuentes de energía y no para combustibles, quien ocupa los primeros puestos es la industria basada en combustibles fósiles con un consumo de 11,200 km³.
Como era de esperar, la noticia no sorprende. El estudio continúa postulando en segunda posición a la energía nuclear con 4 km³ y a las energías renovables con un 1 Km3. Sin embargo, existen otros reportes en la vereda opuesta que ofrecen datos más detallados.
Este es el caso del estudio realizado por Joint Research Centre (JRC), que nos acerca la cifra del consumo de agua por unidad de energía producida. Aquí las represas hidroeléctricas lideraban el ranking, pero eran seguidas de cerca por los biocombustibles.
Datos de consumo de agua en España
Existe un estudio más reciente confeccionado como trabajo final de un master por Karapet Grigoryan, que fue premiado con el Premio Cátedra Aquae de Economía del Agua. Los datos elaborados en este informe han surgido del consumo en España.
Según Grigoryan, la huella hídrica (WF) se modifica drásticamente de acuerdo al tipo de energía. En este sentido, la generación de electricidad a partir de biodiesel es del 2.2%, pero la huella hídrica asciende a un 65%.
En el lado opuesto, destaca a la energía eólica que presenta menos del 1% de WF y que contribuye un 18,7% de electricidad. Con estos datos, es hora de establecer políticas claras para que los proyectos de generación de recurso sostenible.
No dejarse enceguecer con el brillo de sus resultados a costa de producir escases de un recurso tan vital como el agua. Abogamos por la creación e innovación de nuevas tecnologías de potabilización de aguas recicladas para generar energía e impedir el consumo de agua dulce fresca.











