La transición hacia las fuentes de energía renovables es una necesidad que no puede postergarse. Sin embargo, es importante tener un plan detallado que prevenga incidencias como el grave error que cometió Alemania con la energía. Ahora, España podría prohibir la energía eólica debido a la muerte de millones de aves que ha revelado un informe presentado por cuatro entidades conservacionistas.
España quiere prohibir la energía eólica
La energía eólica es una fuente renovable de electricidad que ofrece una mayor eficiencia y estabilidad que otras fuentes como la energía solar. Se trata de una tecnología limpia que actualmente aporta alrededor del 20% de la electricidad de toda Europa. La UE se ha establecido como líder en este tipo de energía y cada vez son más y más grandes los parques eólicos que se instalan en el territorio.
Sin embargo, para alimentar las redes eléctricas con este tipo de energía, se requieren grandes extensiones de tierra donde se instalan monumentales molinos. Las grandes aspas que aportan la fuerza necesaria para mover las turbinas generadoras hacen que la zona donde se instalen deba estar despejada, ya que impide el crecimiento de vegetación y representa un riesgo para las aves.
La mortandad de aves en los parques eólicos es una problemática de la que se viene advirtiendo hace tiempo y ahora ha escalado a un punto crítico. Cuatro organizaciones de preservación de la fauna y la vegetación han presentado informes preocupantes. En los mismos consta la muerte de entre uno y dos millones de aves anualmente y, en muchos casos, en zonas protegidas por acuerdos internacionales.
El problema de las áreas protegidas
Según consta en las regulaciones que debe cumplir cualquier parque eólico, las comunidades autónomas donde se instalen los mismos deben proveer datos sobre el impacto de los molinos. Según las entidades que denuncian la irregularidad, los reportes presentados por los municipios constan la muerte de unas 9000 aves anualmente, pero los expertos dicen que esta información está incompleta.
Se tiene constancia de que las autoridades no cuentan con metodologías eficaces para el recorrido de los parques eólicos y la recolección de cuerpos de aves para realizar un buen relevamiento. Además, muchos municipios ni siquiera han llegado a aportar datos, por lo que las organizaciones han encargado sus propios estudios y se han encontrado con una realidad muy preocupante.
Según estimaciones respaldadas por diversas autoridades de la comunidad científica, el número de muertes anuales de aves podría abarcar entre 1.3 y 2 millones de ejemplares muertos a causa de los parques eólicos. Lo más apremiante es que muchos de los generadores están instalados en zonas protegidas por la Red Natura 2000 y otras áreas registradas cómo hábitat de especies amenazadas.
¿Qué pasará con la energía eólica?
Las fundaciones que están denunciando esta problemática exigen un relevamiento más adecuado de las áreas donde se instalan los parques eólicos, tanto si pertenecen a la Red Natura 2000 como a otras zonas protegidas como los humedales. Los expertos esperan que se empiece por prohibir la energía eólica en estos sitios, aunque, según consta en las legislaciones, esto ya estaba estipulado.
También se ha constado en el reclamo la existencia de tecnología preventiva como radares para evitar los accidentes con las aves y no hacer efecto barrera donde pudiera haber cursos migratorios.
El complejo camino a la sustentabilidad
Prohibir la energía eólica es una medida que no podemos permitirnos, si queremos reducir las emisiones de CO2 cero para el 2050. Sin embargo, debemos encontrar una manera de que no nos cueste la pérdida de otros recursos naturales. Tecnologías como las baterías para energía solar podrían permitirnos sacar el máximo provecho posible de esta fuente renovable sin causar otros problemas ambientales.












