La búsqueda, producción y uso de recursos energéticos siempre han sido motivo de problemas entre naciones, especialmente aquellas que comparten fronteras y que tienen disputas territoriales sobre extensiones tanto terrestres como marítimas. Aunque es claro que esta última es la más difícil de establecer por sus características, pero aun así, esta frontera debe ser respetada. Como anécdota de este caso te presentamos este conflicto en Asia por la energía negra que pone frente a frente a dos países, mostrando como saca lo peor y más oscuro del ser humano.
China y Taiwán: un conflicto que aún no tiene solución
Este problema viene desde 1949 cuando la isla de Taiwán declaró su independencia luego de una guerra civil, en este sentido, China piensa que esta es una provincia que debe regresar a formar parte de su territorio. Mientras tanto, su contraparte lucha por cuidar su autonomía, por lo que son dos posiciones antagónicas y, para ambos, irreconciliables, sobre todo en lo referente a la explotación de la energía negra.
De hecho, con los años se ha temido que el gigante asiático decida anexarse la isla por la fuerza. Lo más grave es la posición de los Estados Unidos porque respalda a Taiwán, pero reconoce a Pekín como el gobierno de China sobre todo el territorio que conformaba el país antes de 1949. Por otra parte, este sería un conflicto que tendría implicaciones globales, ya que esta isla es la primera productora de semiconductores a nivel mundial.
Una nueva escalada por la energía negra
La empresa National Offshore Oil Corporation (CNOOC), que es la estatal china encargada de la exploración y extracción de la energía negra y sus derivados, ha instalado una gran estructura petrolera. La misma se conforma por tres barcos destinados a la producción y almacenaje de petróleo, dos plataformas del tipo semisumergibles y siete de perforación dentro de las aguas territoriales de Pratas que es una pequeña isla.
Algunas de estas construcciones fijas y móviles están a menos de 50 kilómetros de distancia del considerado perímetro de seguridad que rodea al archipiélago y están desde mayo de 2020 cuando se observó su levantamiento. El problema es que Taipéi ha denunciado ante autoridades internacionales esta presencia ya que considera esta área como parte de su zona económica exclusiva.
Por lo que ha dicho que estas instalaciones configuran una violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que regula la explotación de recursos como la energía negra. Esto además de representar un desafío a su derecho de control sobre este territorio, que también se ve amenazado por fuerzas paramilitares no oficiales de China. Se debe acotar que ninguno de estos dos países forma parte del tratado en cuestión.
Lo que hace Taiwán para el retiro de estas instalaciones
Como primera medida, el gobierno de Taipéi, ha interpuesto una denuncia pública y directa para el desarmado y retiro inmediato de estas estructuras. Las que se utilizan para la explotación de energía negra y que se abstengan de instalar otras en las áreas bajo disputa entre ambos países y otros de la región. Paralelamente, y de acuerdo a lo informado por la agencia noticiosa Taiwan News se ha iniciado una operación de monitoreo constante.
La que se lleva a cabo por parte de los entes de defensa y seguridad de la isla, no solo en las aguas alrededor del archipiélago de Pratas, sino en toda el área económica que Taiwán considera parte de su territorio. Estas actividades se hacen con el fin de sopesar riesgos latentes. Asimismo, están en comunicación con otros Estados regionales para establecer una sola respuesta contra el coloso asiático.
Concluyendo, Taiwán ha interpuesto una nueva denuncia contra China por el establecimiento de 12 estructuras móviles y fijas para la explotación de la energía negra. Las mismas están muy cerca de la isla de Pratas, en un área que considera parte de su zona económica exclusiva de donde saca recursos energéticos. Pero estos no son suficientes para cubrir su demanda, así que cambió su estrategia para el 2030. Ahora, es realmente poco lo que puede hacer Taipéi por el aislamiento diplomático debido a su situación jurídica, más allá de denunciar y esperar el apoyo de sus socios.