Las rutas de la energía negra, a nivel global, siempre están sujetas a las influencias geopolíticas que ejercen los países por los diferentes conflictos, especialmente las marítimas, porque las mismas no están en aguas de una sola nación. Esta inestabilidad siempre es motivo de preocupación, pero ahora se ve más fuertemente impactada porque se está desviando. Veamos como es esto.
El recrudecimiento del conflicto Irán-Israel impacta sobre el transporte marítimo de la energía negra
Las tensiones geopolíticas que se dan a partir del conflicto bélico entre Irán e Israel están comenzando a sentirse en el comercio mundial cuyo transporte es por mar, sobre todo el referente a la energía negra. Esto generado por las amenazas y agresiones militares, de ambos bandos, a buques tanques y mercantes que llevan banderas de países que son aliados de uno u otro país, pero que son ajenos a estas escaramuzas.
Esto ocasiona retrasos, generación de zozobra y falta de garantías para el tránsito de este transporte en las rutas petroleras, que son las más concurridas del mundo y muy importantes estratégicamente. Las consecuencias de este conflicto no se limitan a lo político y militar para estas naciones, sino que afectan al resto del mundo al representar una tangible amenaza para la seguridad energética del mundo.
El desvío puede salir más caro
Una de las rutas, para el transporte de la energía negra, de mayor importancia en el planeta es la que pasa por el Estrecho de Ormuz, que es un angosto corredor donde transita el 27 % del Gas Licuado de Petróleo o GLP y el 20 % del crudo a nivel global. Es dominado por Irán y es la conexión marítima entre el mar Arábigo y el golfo de Omán por lo que en tránsito por esta zona es constante.
En el año 2024 hubo una estimación que circuló por esta senda un aproximado de 1,8 millones de barriles de petróleo (incluyendo los buques que utilizan esta energía invisible que es nueva). En la actualidad, este paso sería inminentemente bloqueado por Irán, tras la solicitud del Parlamento en respuesta al ataque de Estados Unidos a las centrales nucleares. Debido al aumento de tensión se están elevando las primas de riesgo para cruzar por parte de los armadores, alterando las rutas y tomando un desvío para evitar el área.
Todo esto está ocasionando la elevación de precios sobre los energéticos a nivel mundial, ya que el costo de los fletamentos se ha elevado. De acuerdo a la publicación británica Clarksons Research, la tarifa diaria que cobra como alquiler un Very Large Crude Carrier (VLCC) para transportar, del Golfo a China, dos millones de barriles de petróleo, subió a 47 609 dólares cuando antes del conflicto estaba en 19 998 dólares diarios.
Por lo que para el transporte de la energía negra, un cierre parcial o total del Estrecho de Ormuz, sería muy grave, además de que produciría afectaciones a potencias emergentes como India y China. La desviación de las rutas, que actualmente están llevando a cabo varios armadores, van fuera del Golfo Pérsico, esto a pesar de los costos adicionales que implican los cuales serán transferidos a los productos transportados.
¿Será posible que se produzca un bloqueo del Estrecho de Ormuz?
En estas últimas horas es posible que Irán tome esta decisión. Sin embargo, el fantasma del bloqueo ha encarecido el comercio, especialmente el de la energía negra y en este sentido, la plataforma Oxford Economics ha manifestado que, en caso de producirse una clausura, el barril de petróleo pudiera llegar a un precio de 130 dólares.
Concluyendo, un inminente cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán ocasionaría que el transporte de la energía negra sería desviado (lo que haría más económico explotar yacimientos como este que España no quiere abrir). Esta acción subiría mucho el precio del petróleo porque además seguramente se mantendría el encarecimiento de las primas de riesgo.
