Estamos en pleno renacimiento nuclear, impulsado por los famosos Pequeños Reactores Modulares (SMR). Los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido ya firmaron acuerdos para construir decenas de estos mini-reactores y los gigantes tecnológicos como Amazon, Google y Microsoft también están invirtiendo en ellos, sin embargo, esto tiene un lado oscuro. La energía nuclear podría ser un gran peligro para todos, pero ¿por qué? ¿qué es lo que está pasando? Quédate para descubrirlo.
La evolución de la energía nuclear
El protagonista de la revolución de la energía nuclear es el Pequeño Reactor Modular (SMR). Los SMR son, en esencia, mini-centrales nucleares que, a diferencia de las gigantescas plantas tradicionales que tardan décadas en construirse, son mucho más pequeñas (con una capacidad de energía menor a 300 MW) y están diseñadas para construirse en una fábrica y transportarse a su destino.
Esta característica de ser «modulares» y pequeños los ha hecho muy atractivos para gobiernos y empresas. Se venden como la solución mágica: más rápidos de construir, más flexibles para instalar en cualquier lugar (desde una base militar hasta un centro de datos), más baratos y esenciales para generar energía limpia y sin interrupciones.
Sin embargo, hay algo que no encaja. Investigadores han señalado que, en realidad, los SMR son la fuente de electricidad más cara si se comparan con el gas natural, las plantas nucleares tradicionales y, sobre todo, las energías renovables. Además, la mayoría de estos diseños futuristas solo existen en presentaciones; todavía no se han construido a gran escala.
Entonces, si no son la mejor opción, ni la más barata, y ni siquiera están probados, ¿por qué este boom político y financiero? La respuesta tiene muy poco que ver con la factura de la luz o el cuidado de nuestro planeta y mucho que ver con la seguridad militar. El verdadero peligro de la expansión nuclear, dicen los expertos, es que los consumidores terminaremos pagando, sin saberlo, los costos ocultos de los programas de defensa de las grandes potencias.
El secreto detrás de los mini-reactores
La clave de este asunto es que la energía nuclear es vital para la industria militar. Mantener una flota de submarinos nucleares o un programa de bombas atómicas requiere: tener gente muy experta, tecnología específica y materiales especiales. Básicamente si no existiera una industria civil fuerte, darle todo ese soporte al ejército sería carísimo.
Aquí es donde entran los mini-reactores. Empresas como Rolls-Royce en el Reino Unido, que ya construyen los reactores de los submarinos de guerra, ahora están listas para construir los SMR civiles. Ellos mismos lo han dicho: si hay un programa civil grande, el Ministerio de Defensa ya no tiene que preocuparse de pagar por entrenar a la gente y mantener las habilidades.
En pocas palabras, al crear una industria civil financiada con miles de millones, los costos que debería pagar el ejército se esconden o se reparten. El dinero para los submarinos no sale solo de los presupuestos de defensa, sino que se mete en los presupuestos de energía, y al final, lo pagan las personas a través de facturas de luz más altas. Quizá seamos afortunados por poder pagar internet, pero irónicamente la energía nuclear está haciendo que paguemos de más.
Una irónica solución
Lo más irónico es que, mientras los gobiernos invierten mucho dinero en estos reactores caros con fines militares, varios líderes militares europeos retirados han dicho que la mejor defensa es otra. Estos ex-generales de la OTAN argumentan que el cambio climático es la mayor amenaza a la seguridad nacional. Dicen que invertir en energía solar y eólica nos haría más fuertes frente a países agresores.
La gran expansión de los mini-reactores nucleares (SMR) bajo la excusa de que son «baratos y limpios» es en realidad una trampa de subsidios cuyo verdadero motor es el ejército. Este caso nos demuestra que el gran peligro de esta nueva era nuclear no es sólo la radiación, sino el riesgo de que los ciudadanos terminemos pagando, sin saberlo, los costos altísimos de los programas de guerra. Según los expertos, debería ir a las energías renovables, que son más baratas y hacen a los países verdaderamente más seguros e independientes y una prueba de ello, es esta construcción única en el planeta.
