A pesar del anunciado proceso donde España planea prescindir de la energía nuclear, paradójicamente nuestro país produce combustible para este tipo de centrales que podría representar el futuro para otras naciones que consideran a esta fuente como indispensable para la producción energética.
Una fábrica de combustible nuclear en España que casi nadie conoce
España cuenta con un inventario de sistemas de reactores que proporcionan energía nuclear, los cuales son Almaraz I y II ubicados en Cáceres, Cofrentes de Valencia, Ascos I y II así como Vandellós II en Tarragona y, finalmente, Trillo que se encuentra en Guadalajara. Todos están contenidos en el plan de desnuclearización.
Que lleva adelante España y que comenzará en el año 2027. Pero el país cuenta con una instalación donde se fabrica combustible atómico que es estratégica para toda Europa. Es parte de la Empresa Nacional del Uranio, SA (ENUSA) que se dedica a la fabricación, suministro y transporte de este elemento a las distintas plantas.
Las características técnicas y económicas de esta fábrica de combustible atómico
Esta instalación se encuentra ubicada en la comunidad autónoma de Castilla y León, en la provincia de Salamanca, localidad de Juzbado y tiene la capacidad de producir 500 toneladas de uranio anualmente para ser usado como combustible nuclear. Representa casi el 30 % de los ingresos económicos de la provincia.
Comenzó a funcionar en el año 1985 cuando nuestra nación explotaba una mina de uranio y se encontraba en pleno proceso de activación de centrales atómicas. Sus acciones están divididas en un 40 % que pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Mientras que el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) posee el 60 % restante. Aunque en la actualidad están prohibidas por ley las actividades referidas a la extracción del uranio. Inicialmente esta factoría fue concebida como un activo estratégico nacional.
Cuyo objetivo era satisfacer la demanda interna de este combustible en las centrales que estaban naciendo. Pero paulatinamente fue extendiendo sus negocios para obtener mayor rentabilidad económica por lo que, a mediados de le década de los 90, empezó a exportar su producto en porcentajes crecientes.
Esta tendencia se ha mantenido al día de hoy cuando se vende, fuera de las fronteras de España, un 60 % de lo fabricado y un 40 % es utilizado por el mercado interno español. En este sentido, suministran este elemento a todas las plantas atómicas de nuestro país a excepción de la de Trillo.
Esta infraestructura crea todos los elementos para alimentar los reactores, comenzando con las pastillas que tienen su origen en el polvo compuesto de dióxido de uranio que serán insertadas en las barras hechas con una aleación de circonio y su posterior montaje en los esqueleto del reactor nuclear.
Este es un proceso muy complejo que lleva meses en su preparación y va desde la adquisición del uranio y su enriquecimiento (lo que se hace en el extranjero) hasta su almacenamiento en grandes contenedores que tienen forma cilíndrica que son enviados en camiones de ENUSA hasta las plantas.
Los diferentes acuerdos que mantiene esta fábrica con sus clientes en el extranjero
La industria de Juzbado vende combustible nuclear a varios países de Europa. Francia es su mayor cliente, a pesar de tener su propia instalación productora. Tiene contratos con Bélgica y están renovando los acuerdos con Finlandia y Suiza. Todo ello ayudará a su supervivencia si se cumple con el cierre de las plantas en España.
En conclusión, a pesar de que España se encuentra en proceso de clausurar sus plantas atómicas, se podría decir que en otro sentido la energía nuclear avanza. Puesto que tiene una fábrica que produce combustible para la alimentación de reactores y que está preparada para enfrentar este cierre de centrales.