La competencia entre países en lo referente a fuentes de energía que sean sostenibles está arreciando cada día, puesto que se nos acaba el tiempo para evitar que el cambio climático y el calentamiento global avancen hasta el punto de no retorno. España, a pesar de sus avances en la producción de las renovables, se ha dormido en los laureles, lo que Alemania ha aprovechado para convertirse en el centro de Europa.
Tenemos un tipo de combustible diferente
También llamados combustibles sintéticos o electrocombustibles, son carburantes ecológicos que pueden ser presentados en estado gaseoso o líquido. Son hechos mediante un procedimiento químico que involucra ingredientes sostenibles para crear un producto que almacena energía mediante enlaces moleculares, así pueden ser utilizados para la alimentación de máquinas de combustión térmica e interna.
Sin que sea necesario hacer grandes adaptaciones en los motores de los distintos vehículos asimismo, este elemento es compatible con la actual estructura de distribución y almacenamiento por lo que no requiere de costosas modificaciones. Por otra parte, ofrece una gran versatilidad, puesto que su uso se ha extendido en áreas que no son susceptibles de electrificar por ser muy difícil, como el sector de la aviación.
Alemania aprovecha el letargo de España para convertirse en el centro de Europa
Decimos que Alemania es el centro de Europa, pasando por encima de una adormecida España, puesto que la empresa teutona Ineratec, que se dedica a la investigación, desarrollo y producción de combustibles limpios usando fuentes de origen renovable, ha inaugurado una central productora de varios tipos de e-fuels. Su tamaño y capacidad la hacen la más grande de su tipo en Europa.
Ha sido bautizada como “Era One”, se ubica en la ciudad de Frankfurt y ya ha entrado en su fase de fabricación comercial (y no es la única tecnología en que el país se adelanta porque en esta también lo hace). Esta factoría es capaz de fabricar unas 2500 toneladas al año de combustibles sintéticos de muy alta calidad. Para ello utiliza un procedimiento que es revolucionario e innovador.
Que consiste en usar dióxido de carbono de origen biogénico, que proviene de una fábrica de biogás perteneciente a la operadora Infraserv Höchst, el cual se combina con hidrógeno verde que se extrae del agua mediante un proceso llamado “electrólisis” que separa las moléculas de este gas de las de oxígeno, permitiendo su captura. En este método son utilizadas grandes cantidades de electricidad.
La que es generada a partir de fuentes renovables para garantizar su sostenibilidad. El producto obtenido es un elemento sintético que pasa por un último refinamiento donde se obtienen e-fuels para transportes marinos, para la aviación o SAF, así como e-diésel para ser usado en el transporte terrestre. Debemos destacar que este es un gran avance en el proceso de descarbonización y transición energética que lleva adelante Alemania.
Con respecto a los recursos para construir esta inmensa planta
El costo de esta fábrica en Alemania estuvo por el orden de los 70 millones de euros, de los cuales se obtuvieron 30 millones de euros que aportó, en forma de subvención, la iniciativa para la lucha contra el cambio climático de Bill Gates la que se llama Breakthrough Energy Catalyst y 40 millones de euros provinieron gracias a un préstamo que dio el Banco Europeo de Inversiones. Con este capital se logró terminar el proyecto de manera anticipada.
En conclusión, España se duerme y Alemania pasa a ser el centro de Europa en la fabricación de efuels para diversos sectores productivos (en este y en otros sentidos, la península sigue bajo la sombra de los alemanes). Esta planta que fue puesta en marcha, es la más grande del continente además de que, en su manufactura, utiliza elementos que son sostenibles y el proceso es libre de emisiones de gases de efecto invernadero.
