Con el actual nivel de globalización, es claro que las interconexiones entre países resultan inevitables no solo en lo referente a las telecomunicaciones, sino en todos los aspectos. De esta manera, las diferentes naciones podrán disponer de los recursos que les hagan falta para su desarrollo tecnológico e industrial con fuentes que les son estacionales, pero que a la vez son muy necesarias. Como un ejemplo te traemos este caso que ocurre en las puertas de España, que no solo la afecta, sino que también se presenta en su interior, con mucha frecuencia.
Nuevas autopistas para una moderna globalización
En la actualidad, se ha acuñado un nuevo término que es la “globalización energética”, que consiste en el intercambio de potencia eléctrica entre las naciones, el cual se realizaría por mar. Este proceso se haría tal cual se han establecido las comunicaciones: utilizando cables submarinos, De hecho, justo a las puertas de España se están haciendo realidad proyectos con interconectores que atraviesan miles de kilómetros.
Las interconexiones energéticas a través de cables submarinos se han convertido en una infraestructura que es indispensable para el intercambio de información entre las naciones a través de los océanos, entre otras cosas porque es la ruta más directa. Sin contar que a nivel intercontinental representan el único trayecto, de hecho, se estima que más del 99 % de la internet se hace por esta vía, que además es muy segura y confiable.
Es por ello que son considerados verdaderas autopistas que también permiten la transmisión de datos, llamadas telefónicas, transacciones financieras, entre otros. Por esta razón son un componente vital para el proceso educativo, la investigación y el intercambio de información entre los países y millones de personas. Pero ahora hay algunos proyectos que siguen el ejemplo de estas redes, justo a las puertas de España.
Los proyectos que se desarrollan en las narices de España
Los proyectos son tan grandiosos como el túnel entre Dinamarca y Alemania, y comenzaron a ejecutarse en el 2023 con un cable de 1765 kilómetros de longitud tendido en el lecho del mar del Norte. Quien une a Dinamarca y el Reino Unido y servirá para importar y exportar electricidad renovable en momentos de déficit y sobreproducción. Pero de acuerdo al medio inglés Financial Times este no será el único.
Puesto que hay otros como el que unirá a Marruecos con España, lo que favorecerá en gran medida a la península, puesto que posee una gran infraestructura de generación de energía renovable. Sin embargo, a nivel interno en territorio español, tiene un grave problema y es que no ha ampliado ni modernizado su red eléctrica que le permita una distribución efectiva entre las ciudades y para exportar esta energía.
Pero también esta globalización energética tiene algunos retos que superar
En su artículo recientemente publicado, la agencia británica Financial Times advierte sobre algunos problemas que deberán enfrentar estos proyectos, que podrían retrasarlos o hacerlos inviables. Estos obstáculos son logísticos, entre los que se encuentran la fabricación y suministro de equipos como transformadores, protecciones y cables, así como de construcción de estaciones acondicionadoras de voltaje.
A esto se le suma la muy baja disponibilidad de embarcaciones equipadas para realizar la tarea de tendido de cable, sobre todo en España, lo que es causa de que los plazos se alarguen. Igualmente, hay otros riesgos sobre diferencias geopolíticas, como el rechazo del Reino Unido al proyecto X-Links que llevaría electricidad desde Marruecos, entre otros. Además, la guerra de Ucrania siempre aporta incertidumbre.
Estamos inmersos en una globalización energética que consiste en la interconexión para el intercambio eléctrico entre países, que se está haciendo realidad gracias a la ejecución de varios proyectos. Esto viene a complementar este gran hallazgo hecho en aguas de España, aunque la península tiene algunos problemas con la falta de modernización y ampliación de su red. Sin embargo, este gran proceso enfrenta retos que deben ser sorteados, como la falta de materiales y equipos tanto para el propio tendido como para la construcción de estaciones de acondicionamiento de voltaje.