La escasez se comprende cuando la disponibilidad de un recurso está limitada por circunstancias imposibles de controlar, como en el caso de cualquier clase de suceso natural que se escapa por completo de algún tipo de control humano. Sin embargo, en España está ocurriendo una situación realmente sorprendente, y es tal su dimensión que Europa y el mundo han fijado su mirada allí, en el mayor desperdicio de la historia.
El desperdicio de un recurso valioso en España
Todos los países que han alcanzado un desarrollo pleno han sabido sacar el máximo provecho de todas las riquezas que les ha brindado la naturaleza mediante su explotación directa o por medio de su transformación en bienes industrializados de alto valor. Para llegar a ese punto, se requiere contar con un recurso humano lo suficientemente capacitado para valorar las posibilidades y trabajarlas adecuadamente.
En contraste, también hay naciones que por diversas razones viven en la escasez y el atraso, sin ninguna perspectiva de tener alguna vez la oportunidad de salir de esa situación. Por eso, a Europa y el mundo les causa mucha extrañeza observar que España, en lugar de obtener el mayor beneficio de un recurso valioso, solo lo usa hasta cierto punto, y el resto se pierde como si se tratara de un desperdicio cualquiera.
El excedente energético no se valora
El apagón ocurrido el 28 de abril tuvo graves repercusiones para España, no solo por los momentos de intranquilidad que experimentaron sus habitantes, sino que también dejó una marca importante desde el punto de vista energético. Pues a partir de ese momento se empezó a fortalecer un fenómeno verdaderamente significativo, y es el desperdicio sistemático de las energías renovables, para proteger la integridad del sistema eléctrico.
Ante la preocupación de que se llegara a repetir este suceso, la compañía a cargo, Red Eléctrica Española, ha optado por la paralización o disminución de la generación de energía eólica y solar para impedir el deterioro de su infraestructura. Esta es una de las principales secuelas del apagón, ya que desde entonces se ha ido incrementando de forma gradual la pérdida de energía renovable, pasando del 2% al 10%.
Esto ocurre porque, a pesar de que existen grandes parques eólicos y solares, todavía no se ha realizado la inversión para adecuar la red de electricidad al aumento de la producción de energía. Por eso, si hay poca demanda, es necesario disminuir la producción porque actualmente no existe cómo guardar el excedente energético (aunque España tiene una propuesta innovadora y es almacenar energía bajo el mar).
Si España desea tener un sistema eléctrico basado en las renovables, tendrá que modernizarse y buscar la manera de guardar la energía generada mediante el uso de baterías y la instalación de equipos inteligentes. Una gestión apropiada podría maximizar el aprovechamiento de este recurso, pues resulta doloroso el desperdicio de tanta electricidad justamente en este periodo de transición cuando es tan necesaria.
El sistema eléctrico necesita adaptarse a las renovables
Durante el 2024 se determinó que hubo un desperdicio aproximado de 1,7 TWh de energía renovable, una cantidad más que suficiente para satisfacer los requerimientos de unas 600 mil viviendas. Por eso es necesario llevar a cabo la actualización del sistema eléctrico de España, porque, además de generar toda la energía que necesita, también tiene el potencial para brindar un suministro seguro a los países vecinos.
En conclusión, España tiene todo lo necesario para generar grandes cantidades de electricidad a partir de las energías eólica y solar, pero desde el apagón del pasado mes de abril ha crecido el desperdicio de este recurso para prevenir daños a su infraestructura. Por eso es necesario actualizar el sistema eléctrico, para que se adapte a las renovables (para esto se puede seguir el ejemplo de este país asiático) y evitar este curtailment.