En el actual proceso de lucha contra el cambio climático, los diferentes países producen y consumen ciertos recursos que son sostenibles y que en el proceso no producen gases de efecto invernadero. Entre ellos se encuentran las fuentes de energía renovable como las de origen eólico y fotovoltaico. Pero España pasa por la vergüenza de tener el mayor desperdicio de la historia en un sector donde los precios se inflan continuamente.
La energía fotovoltaica: una fuente de electricidad que es confiable
Hoy por hoy, las energías de origen renovable están tomando gran auge por el proceso que lleva el mundo para tratar de revertir el calentamiento global ocasionado por el CO2 liberado a la atmósfera por las actividades del hombre. Entre ellas, la más utilizada es la del tipo fotovoltaica, que produce electricidad convirtiendo la energía solar. Una vez realizadas las instalaciones, genera electricidad en forma gratuita.
Por lo que es un sistema muy confiable que puede ser instalado en cualquier parte del mundo, incluso en aquellas regiones que tengan baja irradiación. Esta continuidad de suministro se refuerza con un sistema de almacenamiento adecuado. Por otra parte, los paneles solares tienen una vida útil de hasta 30 años y no requieren de un mantenimiento muy difícil de realizar.
El desperdicio que avergüenza a España
De acuerdo a la información suministrada por el Operador del Mercado Ibérico de Energía de España (OMIE), debido a las restricciones técnicas, en este 2025 todos los meses se pierde uno de cada cinco MW que se generan de energía fotovoltaica, lo que constituye una pérdida grande para la península. Esto porque hasta el pasado mes se cuentan 363 horas donde la electricidad tiene un precio negativo.
Mientras que se han contabilizado 113 horas que tienen un costo de cero euros. Esta situación no tiene precedentes en el mercado ibérico (a esa sobreproducción se le suman las que se dan por otras fuentes como esta), lo que trae efectos negativos para el mix eléctrico. Ya que es necesaria la desconexión de la energía de origen nuclear y los vertidos de energía, o curtailments, asociados a las renovables.
Especialmente la solar, ya que de esta hay más de 34 000 MW que se generan para una demanda eléctrica que es muy baja lo cual hace que durante las horas de incidencia del sol, la electricidad tenga un precio cero o incluso negativo. De acuerdo con las estadísticas de OMIE durante los meses, desde marzo hasta mayo pasado, los vertidos energéticos llegaron hasta el 18% sobre todo en energía fotovoltaica.
Lo que ha ocasionado que los precios vayan en caída libre hasta una media durante el día de 2,25 euros por MWh. En otras palabras, España dejó de generar 850 GWh de fuentes solares debido a los bajos precios y escasa demanda. Esto sin tomar en cuenta que alrededor del 2 % de la producción se perdió por efecto de las restricciones técnicas, lo que se traduce que en total se desperdiciaron uno de cada cinco MW.
Mientras tanto, los precios continúan al alza
Si bien esta tendencia, por lo menos en teoría, hace que el costo de la electricidad sea uno de los más bajos de los últimos años, la facturación aumentó un 11 %. Esta contradicción se debe a que los ajustes fueron muy fuertes, provocados por los curtailments que estuvieron en 26,4 euros por MWh lo que significa un incremento del 43,5 % respecto al mes de abril que se ubicaron en 18,4 euros por MWh.
Concluyendo, España pasa por un gran desajuste en la gestión energética debido a que tuvo el mayor desperdicio de su historia eléctrica al perder uno de cada cinco MW generados por potencia solar. Mientras tanto, los precios se inflan diariamente (de hecho, este aumento en la facturación ha sido más visible desde enero de este año). Esto se debe a los vertidos energéticos y a las restricciones técnicas en el sistema de energía.