En la actual época donde la transición hacia energías que sean sostenibles, ecológicas y sin gases de efecto invernadero es el norte de todos los países, la búsqueda de materiales necesarios para este direccionamiento se ha hecho una prioridad, pero es necesario realizar grandes inversiones. En este contexto, España está a punto de cometer un caro error a menos que despierte a tiempo.
Un material que es medular para la descarbonización de la movilidad
Existe un material del que nada se ha hablado, ni Donald Trump lo ha hecho, pero que es indispensable para la fabricación de baterías de litio que son las grandes almacenadoras de energía para diferentes usos. Nos estamos refiriendo al grafito, el cual ha sustituido al carbono blando y duro en los ánodos de estos componentes lo que los ha hecho mucho más eficientes, escalando su producción.
Con este elemento se proporciona una alta durabilidad y seguridad en el uso de las baterías gracias a su capacidad de mantenerse estable aun cuando en su entorno haya cambios bruscos de temperatura, además de poseer una alta conductividad de la electricidad con poca degradación en el tiempo. Todo ello hace que sea muy confiable en sus aplicaciones, en España, como parte del almacenamiento de energía.
Es necesario que España asuma un papel más activo con respecto a este gran recurso
En España se ha incrementado el interés por los coches que usan tecnología eléctrica, aunque se ha dado una verdadera pelea por los elementos necesarios para la fabricación de baterías como parte fundamental de los mismos. Se habla del litio, tierras raras, cobalto y otros compuestos, pero inexplicablemente del grafito no se menciona nada y la península debe tomarlo en cuenta para sus fábricas.
Por lo que es necesario invertir en la exploración para hallar minas y el procesamiento de este material (al igual que hizo para encontrar este megayacimiento de litio). Este mineral, en la actualidad, es muy demandado y se prevé que en un futuro esta demanda crezca exponencialmente. Es por ello que la península debe despertar para no cometer este caro error de no buscar este elemento.
El cual, poco a poco, se está convirtiendo en el “oro negro” de la industria renovable. Y es que, si nuestro país no apura en la explotación del grafito, el futuro le pasará factura porque después será muy tarde. Aunque el Ministerio para la Transición Ecológica de España está preparando un conjunto de medidas para financiar ayudas para empresas mineras, entre los minerales que llaman prioritarios no se encuentra este.
China está aprovechando este letargo de la península
Si España no despierta pronto, cometerá un error muy caro, puesto que, además de ser un material de muy alta demanda, es clave para lograr la autonomía española en lo que se refiere a energías renovables. De hecho, este elemento se consigue y explota en unos pocos países, pero más del 92 % del consumo del planeta es producido en China lo que equivale a ser dependiente de un país que se considera poco amigable.
La situación es crítica no solo para nosotros sino para toda la Comunidad Europea ya que, además de controlar la producción, está en la capacidad de limitar las exportaciones y jugar con los precios según su conveniencia. De hecho, recientemente se han registrado graves tensiones en torno al suministro de este mineral. Por lo que está más que justificada la inversión en minas de grafito que se debe hacer lo más pronto posible.
En conclusión, España podría cometer un error demasiado caro si no reacciona para producir grafito, que es un mineral de mucha demanda. Este elemento, que es muy poco tomado en cuenta, es indispensable para la transición hacia fuentes energéticas renovables (así como se hizo con esta mina de diamantes que era la más grande del mundo). Por lo que nuestro país debe despertar.