En todos los países se presentan problemas referidos a varias situaciones que los afectan de forma particular y, por lo común, es que también resulten vinculantes para la región e, incluso, para todo el continente. Sobre todo, en casos que involucren la tecnología o temas energéticos, por tener puntos e interconexiones entre ellos. Un ejemplo de este caso lo tenemos con España, que no es el único que debe preocuparse por el caso de la energía, ya que toda Europa se enfrenta a esta misma situación que puede ser la mayor crisis del siglo. Puesto que perjudicaría a todas las naciones sin importar las medidas individuales que pudiesen tomar.
Un recordatorio del gran apagón de España
¿Quién no recuerda este suceso que se presentó el 28 de abril del año 2025 a partir de las 12:33 horas de España?. Resultó algo menos que catastrófico para la península porque duró varias horas. Con este suceso aprendimos varias lecciones, como la necesidad de abordar con urgencia la actualización de los sistemas de respaldo y el fortalecimiento de toda la infraestructura eléctrica.
Pero esto no solo es preocupación para la península, sino también para toda Europa ya que, a pesar de su solidez aparente, presenta puntos potenciales de falla, los cuales tienen su origen en la obsolescencia de las redes. Esto es dado porque un sistema que fue construido para satisfacer la demanda del siglo XX de seguro que será insuficiente para cubrir las nuevas necesidades del siglo XXI.
Europa se enfrenta a la mayor de las crisis del siglo
La Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía o ACER, organismo que agrupa a los entes regionales de Europa, ha solicitado a la UE agilizar los trámites en el Reglamento de Redes Transeuropeas de Energía. De tal forma que los Planes Decenales de Desarrollo de la Red Eléctrica se cumplan acorde a las necesidades para los que fueron concebidos construyéndolos a tiempo.
En este sentido, plantea que se creen metodologías que supriman procedimientos burocráticos que no sean necesarios para crear escenarios de demanda con energías renovables. De esta manera, todo el continente estaría enfrentando con éxito la crisis energética en la que se sumió la península, que acabó con el gran apagón, aunque ahora podría perder mucho dinero en una sola ciudad.
Por otra parte, ACER hace una interesante propuesta y es el diferenciar proyectos factibles en sus inicios a fin de integrar la lista de Proyectos de Interés Común del sector eléctrico. Lo que es medular para acceder al financiamiento de Europa, construyendo así una plataforma sólida de infraestructura en este sector que evite que la región caiga en una crisis energética.
La visión de otro organismo europeo
La Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad, si bien comparte los puntos de vista de la ACER en el sentido de la simplificación de los procedimientos, llama a que se actúe con rapidez. Así se evitaría que los planes de expansión se vuelvan obsoletos al paso de unos pocos años. También advierte que este caso se da por los cuellos de botella administrativos.
Los que son causa de tensiones innecesarias en la cadena de suministros, al igual que provocan incertidumbre en los procesos financieros. A fin de que Europa pueda enfrentar la creciente crisis eléctrica, se calcula que deberá invertir en instalar 160 000 kilómetros de redes nuevas y varios sistemas de generación, todo esto sería antes de 2030.
Para finalizar, España no es la única que debe preocuparse por su situación con el sistema eléctrico, puesto que Europa también podría caer en la peor crisis del siglo si no toma las medidas necesarias oportunamente. De lo contrario, el riesgo de un apagón siempre estará presente, aun cuando se retroceda a medidas como esta que adoptó la península para evitar su repetición. Entre las advertencias está la que hace la ACER para simplificar procedimientos y así evitar la obsolescencia de proyectos con respecto a la demanda por pasar muchos años a lo que se suma el periodo de construcción.