Todos los países se han visto afectados por fenómenos climáticos como el calentamiento global y el cambio climático que son consecuencia de los daños al ambiente ocasionados por el hombre. Es por ello que se están adoptando nuevas fuentes energéticas que sean sostenibles, entre ellas destaca la energía eólica. Pero, han descubierto una anomalía que España viene sufriendo: el robo de viento.
Lo que es la energía eólica marina
Esta clase de energía, que es comúnmente llamada como “offshore” en España, se produce con aerogeneradores que van colocados sobre plataformas ancladas en el fondo del mar. Aprovechan la fuerza del viento y están ubicadas en la superficie de los océanos debido a que este es más fuerte y constante que en tierra permitiendo una mayor eficiencia en la generación de electricidad la cual tiende a ser más estable y continua.
En su parámetro básico como lo es el voltaje. Su forma básica de operar consiste en que se colocan grandes torres equipadas con palas conectadas a un generador eléctrico, el viento mueve las palas y la electricidad generada es llevada a tierra mediante cables de energía submarinos. Por otra parte, tiene la ventaja de que no causa impacto visual en el paisaje y la instalación, por lo general, es amigable con la fauna y flora marinas.
El ”robo de viento”: un efecto que puede obstaculizar las inversiones en energía eólica de España
El robo de viento, también llamado “efecto estela” porque es similar a las turbulencias que deja un barco tras de sí al navegar, es una perturbación del aire que es generada detrás de las palas de la torre al momento de moverse impulsadas por este. El mismo es causa de la disminución en el rendimiento de otras turbinas colocadas aguas abajo, llegando a reducir la eficiencia entre un 10 y 20 %.
Es de resaltar que esta consecuencia se produce en parques marinos y terrestres, pero es más notable en el primero (aunque ya ha aparecido una nueva tecnología de aerogeneradores que es inmune a este efecto y que los podría sustituir, cambiando la percepción que tenemos de ellos). Otra consecuencia que también afecta a las turbinas eólicas de España, es que provocan un esfuerzo mecánico adicional.
Específicamente en los mecanismos del rotor y del eje, sin contar con que las palas también son afectadas en su resistencia. Todo ello incrementa las necesidades de mantenimiento y eleva los costos. Tanto así que algunas empresas que han ganado licitaciones para construir y operar parques eólicos están realizando nuevos estudios para verificar la viabilidad financiera, lo que ha demorado los proyectos.
Los efectos de este “robo de viento” son dependientes de factores como el tamaño de las turbinas eólicas y la distancia entre los parques, en casos extremos y con los elementos climáticos apropiados, pueden extenderse hasta 100 km. Esta situación se está presentando entre España y sus vecinos, sobre todo con Portugal quien tiene un ambicioso programa de generación de electricidad utilizando fuentes eólicas del tipo marino.
¿Hay alguna solución para el robo de viento?
Este efecto se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los diseñadores. La solución a este problema consiste en que España y los demás países involucrados realicen investigaciones que permitan establecer la manera de lidiar con estas turbulencias del viento mediante la definición de distancias y posición de los parques eólicos introduciendo estos parámetros en el diseño.
En conclusión, se ha descubierto un nuevo fenómeno que es causado por los parques eólicos marinos como lo es el robo de viento que afecta, no solo a España, sino a las empresas fabricantes (como esta que hacía turbinas eólicas colosales y ahora detuvo su producción de manera abrupta). Por lo que, para evitar sus consecuencias, deberán realizar un estudio conjunto entre varios países e incorporar estas variables en los proyectos.