Hay unos espejos que pretenden generar energía solar desde el espacio. Podrían hacer que las granjas solares en la tierra funcionen al anochecer y amanecer. Múltiples reflectores orbitales podrían abastecer energía solar suficiente para los momentos del día en los que más se necesita. La demanda de electricidad se concentra en las primeras horas de la mañana y el atardecer, momentos en los que las instalaciones solares terrestres no siempre pueden cumplir con las expectativas. No obstante, unos investigadores de Escocia advierten que los costes decrecientes de los lanzamientos orbitales podrían hacer viable la posibilidad de que grandes reflectores espaciales suministren energía en los momentos clave.
La propuesta es colocar grandes estructuras espejadas en órbita en lugar de instalar gigantescos paneles fotovoltaicos. El objetivo es que estos espejos reflejen más energía solar hacia la superficie terrestre, siendo captada por instalaciones existentes. Esta idea de “espejos” en el espacio no es algo nuevo. Ya la propuso Hermann Oberth. Vio en este proyecto una manera de proveer luz a las ciudades, proteger los cultivos de las heladas nocturnas y convertir en habitables algunas regiones nórdicas con largos inviernos oscuros.
Sin embargo, alertó de que esta tecnología podría verse como una herramienta de uso miliar. En 1993, científicos rusos demostraron que esta idea era posible con el espejo espacial Znamya-2, que logró reflejar luz tenue visible desde Europa. Todo un hito en el mundo de la tecnología y la energía. La Universidad de Glasgow observa que ahora es el mejor momento para sacar adelante este proyecto. Compañías como SpaceV prometen bajar los costes de lanzamiento orbital, haciendo todavía más viable el “sueño” de los espejos.
Solspace, el proyecto con espejos que cambiará para siempre nuestro concepto de energía solar
El proyecto Soslpace consiste en el envío de varios satélites con reflectores a una órbita alta y sincronizada con el sol. Cada satélite despliega un reflector hexagonal compuesto por Kapton aluminizado, abarcando una superficie total de 162,380 metros cuadrados. Estos espejos podrían dirigirse en órbita a través de giros controlados eléctricamente, iluminando áreas determinadas de la tierra alrededor de 17 minutos por paso, proporcionando alrededor de 34-36 MWh de energía adicional.
Los miembros del equipo de Glasgow defienden que los espejos no perturbarían significativamente la contaminación lumínica. La previsión es que la luz no superaría el nivel de un día nublado y su duración sería corta. Respecto a los costes, Solspace apunta a un coste nivelado de energía (LCoE) de aproximadamente 70 dólares por MWh de generación solar reflejada desde el espacio. En este contexto, se contempla una vida útil de 20 años y unos costes de lanzamiento de 232 dólares por kg.
La posibilidad de enviar estos espejos al espacio cada vez es más viable ante la llegada de nuevos cohetes reutilizables como Falcon 9 y Starship de SpaceX. Estos modelos han logrado reducir los costos de lanzamiento. La implantación de estas estructuras en el espacio podría tener muchos usos, además de alimentar granjas solares, como combatir heladas o dar luz a ciudades.
Los espejos en el espacio podrían ser la solución de la falta de energía solar
Los espejos suponen una solución revolucionaria y prometedora para ampliar la capacidad de la energía solar, sobre todo en los momentos en los que el mundo necesita de energía solar en grandes cantidades. Las horas críticas del amanecer y el anochecer quedarían cubiertos. Conforma va avanzando la tecnología espacial, las oportunidades de generación de energía solar ilimitada se van acrecentando.
Los ciudadanos del mundo cada vez son más conscientes de la necesidad de conseguir formas de energía renovables, sostenibles y compasivas con el mundo que nos rodea.











