Desde que comenzó la tendencia para la conservación del ambiente a través de la sustitución de energías contaminantes por otras verdes, los países han emprendido proyectos algunos de los cuales han resultado en un fracaso. Como ejemplo, te traemos este dónde los Estados Unidos perdieron 1.000 millones de dólares.
Un ambicioso proyecto de los Estados Unidos para la generación de energía eléctrica barata
Entre los años 2011 y 2013, Estados Unidos construyó una planta de energía solar que se ubicó en la localidad de Tonopah, que se encuentra entre Reno y Las Vegas, a un costo de 1.000 millones de dólares, estos fueron financiados por múltiples inversores interesados entre los que están Citigroup, Warren Buffet, etc.
Actuando el gobierno de EUA como garante de los préstamos. Produciría 500.000 MWh de electricidad muy barata que serían comprados por la eléctrica de Nevada llamada NV Energy. Sería suministrada las 24 horas del dio esto por la tecnología de almacenamiento de sales fundidas que daba un respaldo de 12 horas.
Una instalación multimillonaria de energía renovable en quiebra
El nombre de este gran complejo energético en los Estados Unidos es Crescent Dunes el que alberga más de 10.000 espejos los que reflejan la luz del sol hacia una torre que se encuentra en el centro y que mide 200 metros. Almacenaría 1,1 GWh de electricidad utilizando sales fundidas, lo que la hacía la segunda en el mundo.
Que se basa en esta tecnología. Esta planta termosolar daría un servicio seguro y flexible a unas 100.000 personas en el estado de Nevada. La enorme construcción vista desde el aire se asemeja a un gran OVNI (como este que fue conquistado por España) y su capacidad era de 110 MW de potencia eléctrica.
La central era operada por el mismo promotor del proyecto que es la empresa con sede en California, Solar Reserve. El caso fue que el sistema tuvo muchos problemas técnicos y logísticos que retrasaron la entrega de la energía prometida, por lo que NV Energy cansada de espera, demandó a Solar Reserve.
Por incumplimiento y, además, canceló el contrato de la compra de electricidad por lo que Crescent Dunes perdió a su único cliente. Después los sueldos de los trabajadores y los costos asociados a la operación y mantenimiento hicieron que la planta fuera económicamente inviable y, finalmente, la central fue cerrada.
Todos los inversores se separaron del proyecto y también demandaron a la promotora por haber hecho una mala administración del capital y los EUA debieron pagarles el dinero perdido ya que era garante de los fondos. La situación se hizo más grave cuando, un año más tarde, Crescent Dunes quebró oficialmente.
Es de destacar que después que los Estados Unidos tomaron las instalaciones por la vía de la expropiación, Solar Reserve dijo que la compañía española ACS Cobra quien era la encargada del área de ingeniería, era la culpable por diseñar un sistema de almacenamiento que era obsoleto y tenía muchos defectos.
Los problemas principales que condujeron al fracaso de Crescent Dunes
Los Estados Unidos están claros en que uno de los problemas es el costo del MWh que genera esta instalación, que es de 135 dólares mientras que el de una granja fotovoltaica no supera los 30 dólares. Esto sin contar con los inconvenientes de diseño que tiene el almacenamiento de energía con el depósito de sales.
En conclusión, los Estados Unidos han echado por la borda 1.000 millones de dólares por el fracaso de la planta termosolar de Crescent Dunes (aunque ya tiene planes de absorber la energía del sol). El motivo de fracaso fue por errores en el diseño de su sistema de almacenamiento y por altos costos de cada MWh generado.