El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha llegado a la Casa Blanca pisando fuerte puesto que lo hace llevando un conjunto de medidas económicas, como la aplicación de los aranceles a todos los países del mundo y usándolos como factores de presión para conseguir sus objetivos económicos y aun militares. En este sentido, Europa baja la cabeza, dejando claro quién es el que manda.
¿En qué consisten los aranceles de Donald Trump?
Lo primero que debemos aclarar es qué son los aranceles en general. Estos son impuestos que un país impone para productos importados y su función es proteccionista para la industria local o se usan como forma de presión en los casos de disputas comerciales, por lo general, se dan entre naciones que tienen relaciones bilaterales por lo que, típicamente, el porcentaje de estos aranceles se determina en común acuerdo.
El caso es que el presidente Trump desde febrero de 2025, a poco más de un mes de haber comenzado su mandato, ha implementado un conjunto de aranceles que van desde el 10 al 25 % a los productos importados desde Europa, los que han generado tensiones comerciales entre ambas regiones puesto que estos tienen como objetivo final lograr ciertos alcances comerciales para los Estados Unidos.
Europa claudica frente a las pretensiones de los Estados Unidos
Los aranceles impuestos por Donald Trump son una forma de presionar a Europa para que le compre más gas a los EUA y lo ha logrado, ya que la Unión Europea bajó la cabeza y ha dejado saber quién manda. En este sentido ha dicho que está dispuesta a negociar para comprar más gas norteamericano y así se reduzcan los impuestos a sus productos, además de que aproximadamente la mitad del gas natural ya lo compran a USA.
Esta declaración fue emitida 24 horas después de conocerse el rechazo por parte del presidente de los Estados Unidos a la propuesta de Europa de cero aranceles para ambas partes en productos industriales (por esto temen que el presidente tome represalias como lo hizo con España). Ahora, como contrapropuesta el presidente estadounidense dijo que rebajaría los aranceles con una condición.
Y es que la Unión Europea compre a su país 350 mil millones de dólares en energía, pero además de comprarla deben asumir el compromiso de seguir comprando más por el mismo valor. Esta operación es factible para Europa, puesto que, de acuerdo a lo publicado por Eurostat que es la oficina de estadística comunitaria, ha exportado 375 mil 900 millones de euros en diversos productos energéticos.
Por lo que la cantidad que debería comprar la UE, para cumplir con la exigencia de Donald Trump, significaría una reducción del 7,1 % en masa de artículos energéticos y 16,2 % en términos de dinero. En este contexto, Europa importó de los EUA el 45,3 % del gas natural licuado y el 16,1 % del petróleo que consumió durante el 2024. A estas cifras les siguieron Rusia con el 17,5 % y Noruega con el 13,5 %.
La diversificación energética de las importaciones europeas
Desde la Unión Europea defienden su postura de negociar con diferentes países el suministro de distintos productos de energía, sobre todo para sustituir a Rusia en cuanto a la importación del gas natural licuado. ¿La razón? No quieren depender de una sola vía de suministro. Sin embargo, mantienen que los Estados Unidos son una de las fuentes más confiables, por lo que la UE está dispuesta a negociar con Trump.
En definitiva, Europa ha tenido que bajar la cabeza ante las exigencias económicas de Trump si no quería inmiscuirse en una guerra de aranceles que seguramente perdería (en este sentido, va camino de poner a la Unión Europea en riesgo de crisis). Para evitar este enfrentamiento, deberá comprar energía a los EUA por un valor de 350 mil millones de dólares. El presidente ha dejado claro quién es el que manda.











