Desde que inició la guerra de Ucrania en febrero de 2022 la misma ha tenido repercusiones a nivel mundial, especialmente en Europa donde el decidido apoyo de esta última al gobierno ucraniano se da en escenarios políticos y militares. Esto ha traído como consecuencia la suspensión de las exportaciones de gas ruso, pero no es lo único ya que, desde el punto de vista energético, Putin posee otra jugada.
La dependencia de Europa de las exportaciones rusas
Aun después de las sanciones producto de la invasión rusa contra Ucrania, donde el gobierno de Putin tomó como represalia la suspensión de las exportaciones de hidrocarburos como gas natural y petróleo, Europa es dependiente en gran medida de otros productos para la generación de energía. Porque este país ha sido tradicionalmente uno de los más grandes proveedores, lugar que no le será quitado fácilmente.
Ya que también Rusia necesita este ingreso de divisas para mantener relativamente sana su economía. Y precisamente por esto es que este país mantiene las exportaciones de materias primas en otros sectores energéticos. Esta situación le genera a la Unión Europea una dependencia de Rusia de la que le será muy difícil liberarse. Como ejemplo está la energía nuclear, que suministra un 24 % de la electricidad del continente.
Putin tiene otra carta para que la Unión Europea siga dependiendo de Rusia
Esta dependencia de Europa de las exportaciones rusas se da principalmente en el campo de la energía atómica donde Moscú suministra, aproximadamente, el 23 % del combustible consumido por los reactores de la Unión Europea. Esto hace que ocupe el segundo lugar como proveedor de este material solo superado por Canadá, quien se encarga de abastecer el 33 % del total, o sea que entre ambos proveen más del 55 % de esta materia prima nuclear.
Parece difícil que Europa se divorcie de Rusia y esta es la carta de triunfo que tiene Putin para lograr dominarla por medio de esta dependencia. Y no solo serían los países europeos sino todos los que posean plantas nucleares y que no se autoabastezcan o tengan explotaciones de uranio activas con la tecnología para procesarlo y transformarlo en combustible atómico.
Puesto que los rusos ocupan la sexta posición en el mundo referente a la minería de este elemento luego de Kazajistán, Canadá, Namibia, Australia y Uzbekistán, sin embargo, estos países no tienen la tecnología para la transformación y enriquecimiento que posee Rusia. En este sentido, los datos aseguran que el 43 % del uranio enriquecido, a nivel mundial, es proveído por la estatal rusa Rosatom o alguna de sus filiales.
Algunas alternativas para que el futuro nuclear de la Unión Europea no siga en manos de Putin
La alternativa más viable a corto plazo para Europa viene de las energías renovables como la fotovoltaica y la eólica las cuales podrían absorber la demanda eléctrica en su totalidad en el corto plazo, siempre y cuando desde ya se hagan todas las inversiones necesarias para acelerar los proyectos que ya están en marcha e iniciar otros nuevos para que estén listos los próximos dos o tres años.
La energía nuclear podría ser un complemento a las renovables que garanticen la estabilidad del sistema eléctrico, por lo que se puede utilizar la tecnología de los minirreactores (como este que es muy simple y que se dice que es la salvación de la humanidad). Se puede combinar esta alternativa con la recuperación de la capacidad de refinamiento y enriquecimiento de uranio.
En resumen, hasta ahora Europa se da cuenta de que no depende solo del gas y del petróleo rusos sino también de su combustible nuclear, ya que actualmente provee el 23 % y es el segundo proveedor. Estas son las cartas con que juega Putin (aunque el viejo continente le dará un golpe con esta turbina). sin embargo, aún no es tarde para tomar las medidas del caso.