La capacidad de comprender y adaptarse a las tecnologías actuales es esencial para poder alcanzar el éxito en diversas áreas de trabajo, porque prácticamente todas ellas dependen de una u otra manera de estas nuevas herramientas, así que es imperativo hacer un uso adecuado de ellas. la paradoja está en si tendremos que desechar parte de nuestra esencia humana antes de correr el riesgo de que podamos ser consumidos por ella.
La vida ha cambiado con los adelantos tecnológicos
La civilización humana ha pasado por muchas etapas a lo largo de su evolución, pero con el inicio de la era industrial, el progreso inició un recorrido imparable que, con el paso del tiempo, se ha ido acelerando, hasta llegar al presente. Y es ahora cuando el desarrollo de las nuevas tecnologías nos está llevando a niveles que hace unos pocos años formaban parte de los libros futuristas, y parecían sumamente lejanos e imposibles.
Todos los adelantos con los que contamos hoy en día facilitan de una manera muy efectiva la gran mayoría de las tareas que se realizan de forma cotidiana, porque ahora se tiene el conocimiento, la información y el acceso al mundo al alcance de la mano con un simple click. Pero cuánto de nosotros tendremos que desechar antes de que la tecnología nos consuma a nosotros?
Las máquinas necesitan eficiencia y no frases amables
Los avances de la informática han evolucionado desde aquellos aparatos gigantescos que ocupaban habitaciones enteras hasta llegar a esa herramienta fundamental para la mayoría, el teléfono móvil. Y ahora también tenemos la inteligencia artificial, que consume cantidades ingentes de energía, que se elevan a niveles realmente escandalosos, cuando la tratamos amablemente como si fuera parte de la humanidad.
Pero la inteligencia artificial no es solo algo que está flotando simplemente en internet, sino que requiere del soporte físico de los centros de datos, que son los que contienen toda la información almacenada y permiten su procesamiento. Estos son lugares de grandes dimensiones que, para poder mantener esa actividad constante que les permite responder a todos sus usuarios, necesitan contar con mucha energía.
Esa labor genera temperaturas muy elevadas que exigen grandes sistemas de refrigeración que consumen grandes cantidades de agua. Así que cuando se realiza una pregunta a alguna inteligencia artificial, su procesamiento implica un consumo energético que es de aproximadamente 2.9 MWh de electricidad (por lo que empresas como Google han pactado con la energía nuclear), lo que significa que cada palabra tiene un costo.
Cada vez que se usan expresiones superfluas para una máquina, como por favor, gracias o podrías, estamos desperdiciando elementos esenciales como agua y electricidad, porque lo adecuado es preguntar de forma clara y precisa para obtener la respuesta correcta. Así que, para cuidar los recursos, es mejor usar la amabilidad con las personas, en lugar de tratar a una computadora como si fuera parte de la humanidad.
Tratar a las máquinas con amabilidad es más costoso para el planeta
El desarrollo de la inteligencia artificial ha provocado un gran incremento en el consumo de agua y energía en los centros de datos, antes de su creación, la respuesta a una pregunta solo usaba 0.3 MWh, que es algo mínimo en comparación con los 2.9 MWh de la IA. Además, se despilfarran millones de dólares cada vez que los usuarios usan palabras amables con la IA, por eso, es mejor guardarlas para la humanidad real.
En conclusión, el desarrollo de la inteligencia artificial ha incrementado de forma significativa el consumo de recursos como el agua y la energía en los centros de datos (aunque ya se han inventado los bancos de energía que están impulsados por IA). Esto aumenta cuando los usuarios se dirigen a la IA con palabras amables como gracias o por favor, que además son innecesarias con una máquina así que deja la amabilidad para la humanidad.