Con la creciente proliferación de parques de energía eólica y huertos solares en España, surge con frecuencia una pregunta, y es sobre los posibles efectos secundarios que podría tener la adopción masiva de estas fuentes de energía menos intensivas que las tradicionales, lo que desató una inesperada respuesta.
Estos son los principales efectos secundarios de la implementación masiva de estas estructuras
Los efectos secundarios asociados con la instalación de estas grandes plantas son diversos y tienen un impacto considerable en las áreas donde se sitúan, principalmente en entornos rurales. La creciente presencia de enormes molinos de viento o extensos campos de paneles solares se percibe cada vez más como una intrusión en el paisaje natural y en el estilo de vida de las comunidades locales.
Otros de los efectos que podríamos percibir, pueden ser impactos en la biodiversidad local, cambios en el paisaje y en el uso del suelo, como desafíos negativos en la fauna local, cambios en los patrones de migración de aves y murciélagos, y preocupaciones sobre posibles efectos en la salud humana debido a la proximidad a estas estructuras.
Es crucial abordar estos desafíos de manera equilibrada y sostenible para garantizar que la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables sea beneficiosa tanto para el medio ambiente como para la sociedad en su conjunto.
Una gran comparación con otras formas de generar energía
Cuando nos detenemos a analizar cuánto espacio necesitan diferentes formas de generar energía para producir la misma cantidad de electricidad, nos encontramos con una tarea compleja pero fascinante. Esta comparación nos ayuda a entender mejor cómo nuestras elecciones energéticas afectan al medio ambiente y a nuestra sociedad.
Cuando nos sumergimos en el análisis de la generación de energía, es esencial recurrir a ejemplos concretos para comprender mejor su impacto. Uno de estos ejemplos notables es la central nuclear de Ascó, que ocupa un lugar destacado como la mayor productora de electricidad en nuestra nación.
Además de su impresionante producción eléctrica, la central nuclear de Ascó también nos brinda una perspectiva fascinante sobre el espacio que ocupa en nuestro entorno. Utilizando herramientas como CalcMaps, podemos realizar un cálculo aproximado del área que abarca esta instalación a partir de imágenes de satélite de Google Maps. Sorprendentemente, este ícono de la energía nuclear se extiende por 1,12 kilómetros cuadrados de nuestro paisaje.
Ahora, si nos sumergimos en un ejercicio de simple, podemos entender que, por cada kilómetro cuadrado que la central nuclear de Ascó ocupa, se generan aproximadamente 14.492 GWh de electricidad en un año.
Este dato nos ofrece una visión concreta de la densidad energética que caracteriza a esta forma de generación, ilustrando cómo un espacio relativamente pequeño puede ser aprovechado para producir una cantidad significativa de energía limpia y confiable.
Instalación de energía eólica: ¿Es la más peligrosa?
Si tomamos de referencia el parque eólico GECAMA en Castilla-La Mancha, aún en construcción, será el más grande de España con una capacidad de 392 MW. Se espera que genere aproximadamente 1.000 GWh al año, según una noticia de noviembre de 2021. Sin embargo, esta producción es significativamente menor que la de la mayor planta nuclear en España, representando aproximadamente un dieciseisavo de su capacidad de generación eléctrica.
Para lograr la misma capacidad de generación que la central nuclear de Ascó, un parque eólico ocuparía aproximadamente 1,280 kilómetros cuadrados, lo que es más del doble de toda la superficie de la ciudad de Madrid.
La energía eólica moderna puede generar solo 12.5 GWh por año en cada kilómetro cuadrado, mientras que la energía nuclear tiene una capacidad de generación considerablemente mayor. Esto destaca la necesidad de una gran extensión de terreno para igualar la producción de energía de una central nuclear con parques eólicos.
